El estado de Borno se ha visto afectado por el conflicto en curso en el noreste de Nigeria. Al menos 500 000 personas que se encuentran desplazadas. Muchas de ellas huyeron de la violencia del grupo Boko Haram y están viviendo en la localidad de Damboa, así como en campos de desplazados.
Desplazados en Nigeria
Una mujer y su bebé encontraron refugio en lo que solía ser un antiguo baño en el Hospital General de Damboa, en el estado de Borno, Nigeria. El edificio entero funciona ahora como un campo para personas desplazadas. © Ikram N’gadi
Durante la violencia en la localidad de Damboa, en el estado de Borno, en agosto de 2014, la mayor parte de la ciudad quedó destruida. En la mayoría de las casas, mercados y mezquitas pueden verse agujeros de bala. Las infraestructuras básicas aún no están disponibles, incluyendo refugios, escuelas y suministros de alimentos. © Ikram N’gadi
Niños son examinados por desnutrición aguda grave en el Centro de Tratamiento Nutricional Intensivo de Médicos Sin Fronteras (MSF) en el Hospital General de Damaturu, estado de Yobe, Nigeria. La mayoría de los niños son desplazados internos que viven en comunidades de acogida. © Ikram N’gadi
Un paciente que presenta los primeros signos de malaria se encuentra acostado en un banco al lado de la farmacia, esperando a que su mamá reciba los medicamentos. © Ikram N’gadi
Pacientes esperan a ser atendidos en el Centro Nutricional Terapéutico Ambulatorio en la clínica de Médicos Sin Fronteras (MSF) en el Campamento Central, en Damboa, estado de Borno, Nigeria. © Ikram N’gadi
Un equipo de Médicos Sin Fronteras (MSF) ha estado atendiendo a pacientes en Damboa desde julio de 2016. Tres clínicas móviles funcionan diariamente en diferentes campos desplazados, brindando asistencia tanto a desplazados internos como a la comunidad de acogida de Damboa.
La mayoría de los pacientes atendidos, especialmente niños, han presentado síntomas de desnutrición aguda severa, malaria, diarrea y otras enfermedades relacionadas con las malas condiciones de higiene.
Debido al limitado acceso al agua limpia y a un número restringido de letrinas en los campos, las personas desplazadas se enfrentan además a serias dificultades relacionadas con el agua y saneamiento.