¡Vamo' Uruguay, nomá'!
Una vez me preguntaron qué diferencia había entre Argentina y Uruguay. Yo les respondí que 50 años. No sé bien por qué lo dije. Seguramente porque soy un tipo nostálgico, de esos que creen que todo tiempo pasado fue mejor. Pero lo cierto es que Uruguay es un país bellísimo y por eso alegra que sea el primer sudamericano clasificado a octavos de final y el único que lo hará con el 100% de efectividad. No sé si contra todo pronóstico. Hace rato que ni figura entre los favoritos. Y es ignorado por las grandes cadenas de la televisión deportiva que cubren Rusia 2018.
¡Vivan los futbolistas parranderos!
México ganó a Alemania y parece que ya nos hemos olvidado de todo el escándalo. Y si no nos hemos olvidado, lo hemos perdonado. Pero a veces yo quisiera pensar que México ganó no a pesar de la parranda que se pegaron, sino precisamente por ella.
Entre los ojos de Messi y los de Cristiano Ronaldo
Era el momento del tiro libre. El tiempo se acaba y ese remate es vital. Las cámaras no dejan de enfocar a los que van a pegar ese tiro. Y los ejecutores son nada menos que lo mejor que tiene el fútbol hoy: Cristiano Ronaldo y Lionel Messi. Pero no son las distintas suertes lo que los ha distanciado hoy, sino las personalidades.
Odio las inauguraciones de los mundiales
Hay gente -al menos conozco a algunos- que están más pendientes de la ceremonia de inauguración. Está bien que prefieran eso. Que cada uno tenga sus gustos. Pero personalmente no me agradan para nada y las encuentro una interrupción a lo que realmente quiero ver: el fútbol.
¡Qué ganas de encontrarse una guerra!
A veces buscamos darle una importancia mayor al fútbol de la que realmente tiene. Estoy convencido de que el fútbol es totalmente necesario. Cuando me he dedicado a imaginar cómo habría sido el siglo XX -y este- sin fútbol, las imágenes suelen ser espantosas: una convulsión, una violencia sin escapatoria posible…
Jefes: no se les ocurra prohibirme ver el mundial
Sospecho -y temo- que mis jefes ya descubrieron que estoy en “modo mundial”. Y tengo que buscar alternativas, hacerme el gil si es necesario, para que crean que en realidad estoy trabajando. Finjo y no es algo de ahora sino de siempre, desde tiempos colegiales: uno hacía lo imposible para ver el Mundial.