El guapo de la barra

Lo que otros callan por temor o timidez, aquí se lo dice sin anestesia. Es comentarista de fútbol de EL COMERCIO.

Alejandro Ribadeneira

Licenciado en Comunicación Social por la Universidad Central. Es periodista desde 1994. Colabora con el Grupo El Comercio desde el 2000 y se ha desempeñado en diversos puestos desde entonces. Actualmente ocupa el cargo de Editor Vida Privada.

La (popu)lista de Célico y la Tricolor

Jorge Célico se presenta como un devoto de la meritocracia. Afronta el reto de buscar un milagro, o al menos un cierre deportivamente digno en las eliminatorias, con una alineación que rompe con todo lo que su predecesor representaba. Gustavo Quinteros se empecinó en aupar a una Emelección reforzada por foráneos sin importar el real estado físico o futbolístico de los convocados, un equipo que fecha a fecha se derrumbaba en cámara lenta ante un entrenador que se negaba a remover una sola pieza de su castillo de arena. Célico ha dado un severo golpe de timón, ‘democrático’ e inclusivo, procurando abarcar a todos los que hayan ‘merecido’ estar en la Tricolor. Célico ha elaborado la lista del pueblo, para dar gusto a todos.

El ambiente requería, es verdad, una valiente ruptura con la fatal sombra de Quinteros, entrenador ahogado en su propia vanidad y que careció de jerarquía. Célico lo deja en evidencia al llamar a futbolistas de equipos despreciados por Quinteros, como Delfín e Independiente. Y sí, hay buenos nombres en esta lista. Pero estamos confundiendo las cosas. Un asunto es que un jugador merezca estar en la selección por su buen presente y otra muy distinta que realmente encaje en un sistema específico de un planteamiento táctico. Por eso, hay que realizar algunas puntualizaciones:

1. Esta nómina es tardía. Estamos ante un listado absolutamente lógico para el inicio de un proceso, no para su final. Esta lista es la típica antes de afrontar los primeros amistosos en que el entrenador comenzará a pulir su once abridor, sus variantes, sus comodines y sus ideas de cara a los cotejos oficiales. Sería terrible que este grupo fracase en las dos fechas que restan de Eliminatorias y se le critique demoledoramente. No sería justo.

2. La nómina es, como lo dijo un amigo, un acto de rendición y con algunos nombres que no se ajustan a lo que se espera para un seleccionado que se apresta a jugar con el bicampeón de América y el subcampeón del mundo. Sí, ambos son equipos que no lucen bien actualmente pero la calidad de sus jugadores no está en discusión. La calidad de los jugadores ecuatorianos sí está en debate. Esta lista no evita ese tema.

3. A primera vista luce práctico que la mayoría de jugadores sean de clubes de Ecuador, pero eso no garantiza que se puedan armar sociedades que funcionen correctamente en el campo de juego, tomando en cuenta la falta de tiempo para alcanzar las mecanizaciones. Quizás hubiera sido mejor tomar a Barcelona SC como base y aprovechar su gran momento internacional, o tomar al Delfín, que se desenvuelve estupendamente en un esquema conservador. Este champú de jugadores que propone Célico es populista, demagógico y no era lo más conveniente.

4. También se realiza un cambio con respecto a los legionarios, pero hay injusticias a pesar de que es necesario refrescar las líneas y dejar de llamar a gente que come banco. Cazares debe estar. Es un jugador diferente pero mal aprovechado por los entrenadores. Ante Perú se lo sacrificó en una de las improvisaciones de Quinteros. Prescindir de este jugador es un error.

5. Lo realmente importante es que esto sea el punto de inicio de una transición, la cual no debe limitarse a los jugadores sino a los dirigentes, que han confundido estabilidad con perpetuidad. Lo que realmente quiere la afición no es que se llame a tal jugador, sino que realmente exista un proceso de purificación en la Ecuafútbol.