El guapo de la barra

Lo que otros callan por temor o timidez, aquí se lo dice sin anestesia. Es comentarista de fútbol de EL COMERCIO.

Alejandro Ribadeneira

Licenciado en Comunicación Social por la Universidad Central. Es periodista desde 1994. Colabora con el Grupo El Comercio desde el 2000 y se ha desempeñado en diversos puestos desde entonces. Actualmente ocupa el cargo de Editor Vida Privada.

Tres razones para el (casi) fracaso de Barcelona SC

El impacto de la caída de Barcelona SC ante Delfín ha sido tan estremecedor, tan brutal, que el mundo canario todavía no sale de su asombro. Un club de presupuesto pequeño ha derribado al ídolo y también a los clubes más ganadores del país. Los triunfos y empates del cuadro mantense con Liga, Emelec y El Nacional han sido sonados, pero haberse deshecho en el Monumental de Barcelona, al que le sacó los 6 puntos, es algo no solo meritorio, sino glorioso. Pero, ¿por qué el ídolo no pudo con este reto, si incluso tiene aspiraciones (al menos eso se ha vendido) de ganar la Libertadores y tiene en el banquillo a Almada, un entrenador muy alabado últimamente? Estas son las razones:

1. Dos torneos es mucho

Lo normal es que un equipo ecuatoriano no tenga éxito al afrontar dos torneos al mismo tiempo. Liga nunca fue campeón de Ecuador cuando ganaba los títulos internacionales. En 1990 y 1998, cuando BSC jugó finales de Copa, no fue campeón nacional. Este año, parte del éxito del Delfín, sin desconocer sus enormes méritos, está en que canarios y eléctricos han repartido su esfuerzo en dos competiciones. Eso obliga a viajar muchos kilómetros, diferir cotejos para luego acumular partidos y estrés en los momentos de cierre de las etapas. Eso le ha pasado a Barcelona, que se autoimpuso la presión de alcanzar algo grande en el exterior, quizás una quimera. Las rotaciones no funcionaron para alcanzar los dos objetivos.

2. Fallar en el momento equivocado

Es verdad que Barcelona no perdía en el Monumental por Serie A en 211 días, pero sí había experimentado malas presentaciones que alertaban que el equipo no tenía el mismo vigor mostrado en esta misma fase el año anterior. Por ejemplo, Católica pasó por encima de BSC en Quevedo. El mismo Delfín se impuso en Portoviejo. Macará robó un punto en el Monumental. Sufrió para derrotar a El Nacional, un equipo pésimo, en Machala. La campaña en la Sierra ha sido excelente, sin derrotas; pero no pudo superar a los colistas Clan y LDU, los peores locales. La caída con Delfín en Guayaquil, pues, no resulta tan sorprendente.

3. El error del estratega

Almada ha sido alabado y lo han puesto en un ranking mundial, dentro de los 50 mejores DT; pero ante Delfín se equivocó mucho. Se enfrentaba a la mejor defensa del torneo pero envió a Nahuelpan, un delantero purapinta, y guardó a Álvez, además de sentar a Damián Díaz, el mejor asistente, y a Pedro Velasco, un estupendo lateral. Claro, con el Clásico del Astillero a tres días, tenía que decidir contra qué rival poner lo mejor, y falló rotundamente. Durante el partido con Delfín, erró en los cambios y desnudó a su propio equipo al retirar a Castillo, que contenía a ‘La Tuca’. Se dice que el error de Banguera para el empate descuadernó todo lo planificado. No es verdad. Lo que afectó fue el intenso pressing de Delfín en la segunda parte, con un Cangá inspirado (casi se manda un gol maradoniano) y un plantel que no renunció a perder. Almada perdió en su ley y no dejó de atacar, sí; pero Sanguinetti ganó en la suya, en la de aguantar y tenerse fe. Y esto, al final, se trata de ganar.

No todo está perdido

La modalidad del campeonato permite a todos empezar de cero a mitad de año, al menos en la pelea por jugar la final, así que en teoría hasta la impresentable LDU puede ser campeón. Barcelona experimenta un fracaso temporal y me parece que sí tiene plantel para pelear por el cupo a la final, aunque quizás Almada tenga que decidir si insiste en avanzar en la Copa o reconsiderar flexibilizar la propuesta ofensiva a esquemas más prácticos, de acuerdo al rival. También hay que ver si el plantel asimila este varapalo con madurez y, por ejemplo, deja de culpar a los árbitros. Este Campeonato ha sido extraño, pues muchos clubes han estado peleando arriba y BSC solo ha conseguido 10 triunfos, cinco menos con los que cerró la primera etapa del año anterior, pero de todos modos estaba entre los favoritos.