Luis Chiriboga no se librará de esta. Con el FBI detrás suyo y con la justicia de Ecuador activa, lo más probable es que su futuro como dirigente esté liquidado. Por eso, es momento de ponernos nostálgicos y enumerar las razones por la que lo extrañaremos.
1. Sus frases
Debemos reconocer que Luis Chiriboga nos ha regalado varias de las más suculentas frases de la historia del balompié ecuatoriano. “El fútbol ecuatoriano no está en crisis” pasará a la historia como su último gran exabrupto, pues lo dijo cuando todos miraban escandalizados la pauperización de los clubes. Pero también pronunció otras (dejemos de lado esa del blanqueamiento pues hay indicios de que es apócrifa) que fueron memorables. Por ejemplo, “Un jugador que está en un grande del fútbol mexicano ahora, pero no tuvo jerarquía de jugador europeo y no pateó”,cuando colgó a Michael Arroyo por la derrota ante Suiza. O “Yo he dejado que hablen y muchos que ladren”, cuando polemizó con periodistas. Son muchas. Dan para un libro. Queda pendiente un ranking exclusivo de sus perlas cultivadas.
2. Sus escándalos
Pocos dirigentes han estado metidos en tantos revuelos como Luis Chiriboga. El balazo al Bolillo. El lío con Dalito y Josimar. ¡Las visas de Estados Unidos para los ‘jugadores’! Los derechos de televisión. Las suculentas peleas con Rodrigo Paz. El exmandamás nunca decepcionaba cuando se trataba de generar controversia.
3. Sus amigos
Lo más previsible es que con Chiriboga desaparezcan sus amigos, allegados y partidarios de la Ecuafútbol, o que al menos reduzcan al mínimo su influencia. Bueno, algunos ya están en campaña para ser presidentes de la FEF y creen tener apoyo, sobre todo en el centro del país. Pero lo normal es que el rey cae y la corte es decapitada, figurativamente hablando. Por eso, quizás a corto plazo dejemos de ver y escuchar a Carlos Villacís, Vinicio Luna, el Tinto Acosta y otros funcionarios que han acompañado a Chiriboga todos esos años.
4. ¿Con quién se peleará Rodrigo Paz?
¡Ah, esa pugna entre Chiriboga y Paz ha sido épica! Claro, era el choque entre los dirigentes más exitosos del país, los más pesados, los que (eso se creía) sentaron bases, hicieron obra, festejaron. Era una rivalidad intensa, como la de Messi con CR7, o la de Lauda con Hunt, o la de Holyfield con Tyson. Al final, la polémica entró en el plano personal y se hizo desagradable. Pero extrañaremos una rivalidad de esa envergadura, que confronte dos visiones de administrar el fútbol. Y, por supuesto, extrañaremos las frases de Paz: esa de que no le daba la mano a Chiriboga para que no se le perdiera el reloj fue cumbre.
5. Sus momentos incómodos
Chiriboga también nos regaló algunas escenas extravagantes. Cuando aplaudió a Liga de Quito en la premiación de la Copa Libertadores 2008, por ejemplo, y le llovieron las críticas. O cuando, en este año, le colgó la medalla a Joffre Guerrón y se armó todo un malentendido. O esa foto en que bailando ¿samba?, ¿mambo? y algunos contradictores la usaron para burlas o chismes. O cuando los hinchas furiosos le reclamaban por el fracaso de la Copa América 2011 en Argentina. Se pudo armar un álbum.
6. ¿A quién le echamos la culpa?
También es verdad que se va uno de los mejores chivos expiatorios de la crisis del fútbol ecuatoriano, ocasionada en gran parte por los mismos clubes. Al final, todo el mundo repetía que los déficit, las huelgas, las reducciones de puntos, los salarios impagos y de paso los ‘niños con bigote’ eran culpa de Chiriboga. Aunque la FEF sí tiene su parte de responsabilidad en esta debacle, son los clubes y su pésimo manejo interno, su inexistente ajuste a un presupuesto racional, los grandes culpables. Ellos extrañarán a Chiriboga, tan paternal que siempre encontraba diversas maneras de salvarlos… hasta ahora.
7. ¿Los mundiales?
Ecuador tiene 12 puntos en cuatro cotejos y hay que ser realmente muy salado para no entrar al Mundial con ese arranque, si nos atenemos a las cifras históricas. Pero tardaremos mucho en ver a algún dirigente que se vanaglorie de haber colocado a ocho selecciones en mundiales. Bueno, en realidad sería lo lógico y lo deseable porque nadie debería durar 17 años al frente de una entidad tan poderosa social y financieramente como la Ecuafútbol. Se comenta que se quiere limitar a 8 años en período máximo de un presidente de la FEF. Si es así, Chiriboga será el primer y el último gran caudillo de las selecciones nacionales.