El extraviado DT Rubén Israel ha dicho que la derrota Barcelona ante Liga de Quito, por 1-0 en el Monumental, no fue porque el rival se desempeñara mejor ni porque moviera con más acierto sus fichas, sobre todo en el primer tiempo. No. Israel piensa que BSC realizó un “monólogo” y que Liga debió salir goleada.
Parece que Israel es el Mr. Magoo del fútbol o que quizás se refería a algún cotejo de PlayStation. Se ha negado a reconocer que su colega Luis Zubeldía le dio una cátedra (una ‘cachetada’ gracias a Diego Morales) de táctica y estrategia. Es verdad que la buena fortuna quiso que la U ganara tan rápido; pero el gol antes de los tres minutos no solo es un horror de Perlaza y Banguera (¡y pensar que los estaban promocionando para la Tricolor!), sino que esa falla se produce por la intensa presión de los albos desde el pitazo inicial. El gol bajó esa presión y cambió el trámite del partido y eso hay que saber manejarlo. Zubeldía pudo, Israel no. Sencillo.
Israel se niega a reconocer que el primer tiempo fue desastroso para BSC, equipo que sí pudo retirarse goleado antes de los 45 minutos. Y quizás aquí sí está la reflexión más interesante que Israel no se formula: Liga le gana SIN DELANTERO DE PESO. ¡Auch, eso debe doler!
También es interesante que Israel no reconozca las virtudes de la zaga del rival, 100 veces mejor parada que la canaria. Liga le entraba con facilidad a BSC mientras que el esforzado guerrero Brahian Alemán debía sacarse a medio equipo rival para generar algo de peligro. A propósito: Alemán no tenía con quién tocar en la primera parte y por eso se lo veía muy individualista, intentando patear desde cualquier lado; en la segunda parte, ya con Colón, Alemán tuvo un socio y mejoró mucho el ataque canario, en que Marlon de Jesús aportó tanto peso como inoperancia. Si Israel metía a Colón desde el 46, quizás el resultado sí hubiera sido otro.
El único monólogo que se vio en el Monumental fue el del propio Israel, tan desesperado por el empate que no dejaba de gritar, dar manotazos y exclamar maldiciones. Es un monólogo que ya se está repitiendo mucho y que por eso ya aburre. Lo bueno es que el fútbol le concede la revancha el miércoles. Tiene 90 minutos para arreglar esto porque, si vuelve a perder, ganar la primera fase será imposible.