El guapo de la barra

Lo que otros callan por temor o timidez, aquí se lo dice sin anestesia. Es comentarista de fútbol de EL COMERCIO.

Alejandro Ribadeneira

Licenciado en Comunicación Social por la Universidad Central. Es periodista desde 1994. Colabora con el Grupo El Comercio desde el 2000 y se ha desempeñado en diversos puestos desde entonces. Actualmente ocupa el cargo de Editor Vida Privada.

El fracaso de la Sub 20 de Vizuete: 6 causas

Pese a las enormes (sí, enormes) expectativas, la Tricolor Sub 20 quedó eliminada antes de lo previsto del Sudamericano. ¿Qué pasó?, ¿no que era el mejor cuadro juvenil en 15 años? Repasemos este desastre.

1. El error de la doble función de Vizuete
El entrenador de la Sub 20 ya no puede ser el mismo de la Selección absoluta. En estos tiempos de hiper-especialización, no es recomendable que un DT tenga dos trabajos. Aunque muchos discutan y porfíen, no son lo mismo y requieren de procesos diferentes. ¿Acaso los mismos DT titulares de los clubes son los que dirigen a la Reserva, por ejemplo?, ¿o a los Sub 18? No, porque no es equiparable.

2. No hay jugadores en todos los puestos
La idea de imponer un juvenil en cancha en la Serie A no ha generado que aparezcan arqueros ni centrales. Bueno, es más exacto decir que los clubes no suelen dar oportunidades a los novatos en esos puestos, pues la tendencia es que los experimentados tapen y defiendan. Es una ingenuidad de quinceañeros creer que la imposición del juvenil resolverá el tema de los procesos entre los menores. Ayuda en algo, claro, pero hace falta mucho más para que los juveniles lleguen al profesionalismo lo suficientemente formados para tener éxito, no solo en los Sudamericanos, al fin y al cabo coyunturales, sino en sus carreras.

3. Pésima táctica
Fue evidente que el cuerpo técnico fue sorprendido por el rival en el debut. Argentina ha sido, es y será superior a Ecuador y no lo neguemos; pero Sixto Vizuete se quedó petrificado ante la avalancha de los albicelestes, que pudieron marcar 20 goles si lo hubieran querido. Luego vino lo de Perú, en donde fue más agudo el vacío del entrenador para interpretar el juego del contrincante. Dos cotejos regalados que costaron depender de otros resultados y la eliminación.

4. Pésima defensa
Seamos honestos: ninguno de los cinco de la retaguardia (incluido el arquero) es titular en sus clubes. Todos cometieron errores y fueron desbordados. Es obvio que les faltaron más partidos encima, aunque también es verdad que la marca en la zona de volantes fue una broma. Sin recuperación nunca se podrá ganar. Nunca. A propósito, los marcadores tampoco son titulares habituales en sus equipos.

5. Extraña logística
El mismo entrenador se quejó por las 23 horas que tomó el viaje hasta la sede de Ecuador. ¿A dónde fueron, a Argelia, a Irán? No, a Uruguay nomás. Si es inevitable este tiempo para el traslado por las coenxiones, pues hay que viajar antes. Resultado: jugadores agotados antes del debut.

6. Un pésimo calendario... en parte
Ecuador estuvo en un grupo razonable, pero tuvo el peor calendario. ¡Cuatro cotejos seguidos! Faltó muñequeo por parte de la dirigencia para pedir que, por lo menos, si ya tocó jugar cuatro fechas (un partido cada 48 horas), al menos se otorgase un día adicional descanso en la mitad del torneo. En todo caso, el calendario tampoco es un atenuante para esta tragedia, pues Ecuador jugó mejor en las dos fechas finales. Si clasificaba al hexagonal, en cambio Ecuador se habría beneficiado de más tiempo de reposo para la fase final. O sea, no todo fue el calendario.