El guapo de la barra

Lo que otros callan por temor o timidez, aquí se lo dice sin anestesia. Es comentarista de fútbol de EL COMERCIO.

Alejandro Ribadeneira

Licenciado en Comunicación Social por la Universidad Central. Es periodista desde 1994. Colabora con el Grupo El Comercio desde el 2000 y se ha desempeñado en diversos puestos desde entonces. Actualmente ocupa el cargo de Editor Vida Privada.

La FIFA, el Ingeniero y el tsumani que se viene

Alejandro Ribadeneira, Comentarista, @guapodelabarra

La bola de nieve recién está creciendo, pero es pertinente reflexionar un poco sobre este FIFA-gate que amenaza, cual tsunami, llevarse por delante a los dirigentes más poderosos del mundo del fútbol.

1. Nadie es intocable

El mito más importante que acaba de derribarse es el relacionado a la intocabilidad de los dirigentes del fútbol. Por el temor de los gobiernos y fiscales a una sanción de la FIFA al intentar poner orden en algunos asuntos aparentemente turbios, nunca se hizo nada. El miedo a ser descalificados de las eliminatorias generaba pánico en los políticos, que suelen desactivar sus músculos a la menor sospecha de que van a perder votos. Pero ya ven: dirigentes presos, otros señalados y decenas de fiscales de diversos países abriendo investigaciones paralelas. ¿No que no? Todos menos en Ecuador, cuyo fiscal, hasta la redacción de este texto (27 de mayo), no dijo ni pío pese a que en Brasil y Argentina sus colegas ya estaban en plena acción. No digo que debe actuar con lanza en ristre cual caballero justiciero ni encarcelar a nadie, pero al menos debería pedir una explicación, mirar los libros, indagar algunas cuentas, para que todos nos quedemos tranquilos.

2. ‘El amor al dinero es el origen de todos los males’

La frase de San Pablo refleja exactamente lo que les ha pasado a los dirigentes de la Conmebol, que caen de rebote en este FIFA-gate: inventarse una Copa América Centenario en Estados Unidos fuera del calendario original para ganar más dinero. El error es que se usaron bancos de ese país en sus movimientos, cuyas autoridades no son precisamente amables cuando sospechan algo raro. Si los dirigentes sudamericanos hubieran contenido su sed de oro, no se habrían aliado con los de la Concacaf, que eran profusamente investigados como lo demuestra el caso de Chuck Blazer. Deberían leer la Biblia más seguido.

3. El fútbol pasó de deporte a negocio

Este FIFA-gate también demuestra que hemos destruido al fútbol por dejar que el hipermercantilismo de la FIFA imponga las reglas. Ahora todo es más importante: las camisetas, los estadios, las transmisiones, los comerciales, los cromos, los productos oficiales… Todo menos el deporte. Siempre fue un eufemismo decir que el fútbol es un espectáculo porque en realidad es un negocio. Y en los negocios la idea es hacer dinero, no amigos. Legítimo, por supuesto, pero por favor no lo llamen deporte.

4. ¿Y Ecuador?

Los derechos de televisión siempre fueron una fuente de problemas para Luis Chiriboga, que quiso controlar los de la Serie A desde el 2004, aunque recién en el 2014 pudo lograrlo. Pero en ese proceso se enemistó con varios dirigentes y hasta hoy es un problema. Muchos medios que antes lo apoyaban se volvieron sus enemigos por esa decisión y están felices con esta deliciosa golosina que el FBI ha arrojado. Es casi providencial que los derechos de un torneo de la Conmebol le habrían de generar este enorme malestar a Chiriboga, que otra vez está en el centro de memes, tuits y comentarios de todo tipo. Pero bueno, a Chiriboga le toca afrontar este lío y demostrar que no tiene nada que ver porque el tsunami es fuerte. Por lo pronto, quizás ya es hora de que los dirigentes de fútbol se miren en un espejo y hagan un análisis sobre el ‘deporte’ que han creado. Jugadores sin sueldos. Estadios vacíos. Pocos éxitos internacionales. Fraudes con los juveniles. No es precisamente el paraíso. Quizás no es buena idea que un dirigente dure más de ocho años en un cargo, por más genial que sea. Quizás es momento que se hable francamente de todo esto.