¡Y se fue Cevallitos! Tras 40 meses de ser las manos de Correa, dejó el cargo de ministro de Deportes en el cual repartió dinero e implementos a diestra y siniestra. Muchos deportistas están llorando, literalmente, porque se va intempestivamente esta especie de papá Noel futbolero, que apoyó con el dinero del Fisco a todos los deportistas que pudo. Las futbolistas son parte de ese grupo desolado por la noticia, por ejemplo, pues sin el aporte del Ministerio no habría torneo semi-profesional, que ya es algo.
Ya se hará un balance completo de esta administración, que en términos globales no alcanzó los éxitos esperados en Juegos Olímpicos ni Sudamericanos, que era lo más importante pues las medallas son las que dan imagen y votos a granel. Al contrario, fue más impactante el famoso papelón de la ‘secretaria despistada’ que buscó poner a Rafael Correa en el desfile inaugural de Londres 2012, lo cual marca la tónica de su gestión, cuya función principal era la de ser el rostro amable de una Revolución muy severa con sus detractores pero que repartía a los niños balones, arcos, redes y demás artículos. En los gabinetes itinerantes, Cevallos siempre fue el más popular, el imán de las fotos y los autógrafos, el adalid del sacrificio por un país deportivo. Cevallos era más que las manos de Correa: era su válium.
Curiosamente, el fútbol profesional no se ha beneficiado mucho de paso de Cevallos por el poder. Al contrario, se va sin haber logrado absolutamente nada positivo en esta aguda crisis que está destruyendo al balompié ecuatoriano. Más protagonismo, mucho más, ha tenido Carlos Marx Carrasco, que al menos ha intentado poner orden en el ámbito laboral de los clubes. Tampoco cumplió con algunas ofertas, como la de convertir al estadio del Aucas en un escenario decente, con luminarias y parqueaderos, para que pueda postularse a sede de la Copa América. La remodelación del Olímpico Atahualpa quedó en una (¿desesperada?) promesa de campaña para evitar la derrota de Barrera.
Tampoco es muy claro que Luis Chiriboga se haya salvado de los progresivos cambios en las federaciones por deporte, en un proceso gubernamental que generó la salida de Danilo Carrera. Y no fue muy elegante que se rodeara de asesores o funcionarios poco calificados académicamente, por ejemplo Kaviedes, el escapista, o el ‘Chino’ Gómez, al que quiso imponer como cabeza del Atletismo, sin éxito.
En todo caso, Cevallos se va popular y con metas algo ambiciosas como ser presidente de Barcelona y algún día de la Ecuafútbol. Se verá si en el futuro no le pesa su trayectoria en el equipo que Correa, del que fue más, mucho más, que un simple guardameta.