El guapo de la barra

Lo que otros callan por temor o timidez, aquí se lo dice sin anestesia. Es comentarista de fútbol de EL COMERCIO.

Alejandro Ribadeneira

Licenciado en Comunicación Social por la Universidad Central. Es periodista desde 1994. Colabora con el Grupo El Comercio desde el 2000 y se ha desempeñado en diversos puestos desde entonces. Actualmente ocupa el cargo de Editor Vida Privada.

Barcelona aplastó a Emelec pero, ¿se salvó Almada?

La inapelable paliza que Barcelona le propinó a Emelec, quizás la revancha más espectacular del clásico del Astillero en años, genera una pregunta interesante: ¿el entrenador Guillermo Almada debe seguir en el ídolo?

Es que, antes de este 5-0, el uruguayo estaba en entredicho y se le cuestionaba, incluso desde la misma dirigencia, que estuviera a la altura del reto. Se decía que Almada, el pomposamente llamado 'Guardiola de Uruguay', no era del gusto de José Francisco Cevallos y que lo más probable era que, luego de perder la primera etapa, sería despedido. Tras perder el primer duelo con Emelec, se esperaba la revancha en el Monumental para decirle adiós.

¿Y ahora? ¿El triunfazo sobre el tricampeón le garantiza a Almada llegar a fin de año? El problema es que el 5-0 puede ser un espejismo y que a Barcelona en realidad no le alcancen las fuerzas para ganar la etapa. A pesar de la debacle, los azules aún lucen mejor –no tanto como antes, es cierto- para obtener el primer cupo a la final, pues goza de varios cotejos diferidos. Lo del Clásico es un profundo fracaso que deja en máxima evidencia los defectos ya sabidos del cuadro de Omar de Felippe en este año, sobre todo en defensa; pero es poco probable que los azules decaigan tanto como para ser alcanzados por los canarios. Emelec sigue siendo lo mejorcito en un Campeonato en que, más bien, casi todos los clubes se esfuerzan en hacerlo todo mal.

Almada no la ha pasado bien. Ha ganado partidos pero siempre se le ha reprochado que no se entiende su estilo, que sus cambios dañan más el esquema táctico, que se excusa en temas médicos, que el equipo en general no transmite jerarquía. A Almada se lo trajo en la era de Antonio Noboa (¡eso es un karma!) para que aplicara una renovación pero no ha sido así. En este mismo año BSC goleó 5-0 a Liga de Quito pero no bastó para asegurar a Almada un amplio apoyo. El uruguayo ha estado siempre bajo sospecha incluso goleando.

Ha destrozado a Emelec y eso es un enorme mérito, sí; pero no ha ganado en Quito, requisito indispensable para llevarse la etapa. Lo del Clásico es brutal, pero puede ser solo una excepción producto de una mala tarde de un rival que falló como nunca en la contención por las bandas y que sufrió en las jugadas de pelota parada, donde es muy determinante el talento individual del ejecutante. Se dice que en el ídolo hubo una "demostración de carácter", pero con eso no se ganan los títulos. Se ganan con procesos y Barcelona no tiene proceso o no se nota.

¿Qué hará Cevallos? ¿Se dejará llevar por la emoción de la goleada o hará un análisis más serio? La decisión que tome determinará el futuro deportivo del equipo. Es una extraña ironía que vapulear al acérrimo rival le genere un dilema tan sensible.