Traté este tema en un borrador que lo había olvidado después de que un amigo lo leyera y me dijera que le faltaba sustento. Tenía razón, pero ahora (11 de diciembre), después de dos meses, lo retomo porque pienso que tengo cosas que contar del trabajo de aquellos deportistas que cumplen con retos que duran horas y hasta días. Hazañas que muchas veces no aparecen o se minimizan en los medios de comunicación por el show del fútbol, un negocio que está en todos lados y del que la gran mayoría habla o sabe alguna cosa: que si Messi, que si Ronaldo… Y creo que esa es la razón para que uno escuche comentarios de personas que parecen “más inteligentes”.
Sí, sorprende que llamen “vagos” a esos deportistas o que al consultarles sobre un determinado atleta extremo me respondan: “¿Cuántos goles ha hecho?”. Pero lo bueno de escucharlos es que me dan material para contar cómo es el trabajo de un aventurero, maratonista, ciclista…
Sí, es un arduo trabajo y es productivo. Un deportista no es un intérprete de un guión, es alguien que se prepara físicamente para una competencia. Los corredores de élite, por ejemplo, suman entre 150 y 160 kilómetros de entrenamiento a la semana, durante tres o cuatro meses, para correr en una prueba de 21 kilómetros. Y durante todo el año se preparan con jornadas diarias que superan las cuatro horas. Muchos de ellos combinan sus entrenamientos con sus trabajos y están de pie y vestidos de corto a las 05:30.
Muchos de ellos me han ayudado con entrevistas después de cumplir con el entrenamiento y aunque no suene bien, muchas de esas ocasiones he sido yo la que ha estado más agotada. El calor es mi enemigo, sobre todo cuando utilizo tacones altos.
Sudé también cuando trataba de ir a la par del campeonato mundial de aventura. Ellos llegaron agotados después de recorrer 710 km en más de 111 horas.
Comparando ambos escenarios, diría que yo soy la “vaga” porque estuve como “relatora” de la competencia desde una van.
¿Quieren saber cómo se prepara un ciclista para llegar a una Vuelta al Ecuador?
Pues bueno. Son nada más y nada menos que 14 000 y 18 000 kilómetros los que tienen que sumar los pedalistas para llegar en óptimas condiciones a una de las competencias más importante del país. La última edición de la Vuelta Ciclística al Ecuador, la XXXIV, se realizó el pasado 8 de octubre y contó con la participación de 74 pedalistas de Ecuador, Argentina, Colombia…
La prueba consistió en recorrer el país en 10 días, sumando 1 263,6 kilómetros. Allí, la organización les otorgó apenas un día de descanso.
Después de leer esto, ¿usted también piensa que son unos vagos?