La técnica y la fuerza mandan en el ring

Fotos: Paúl Rivas / EL COMERCIO

Fotos: Paúl Rivas / EL COMERCIO

Los entrenamientos en el boxeo son tan extenuantes como los combates oficiales. Lo son porque para subir a un cuadrilátero hay que estar preparado en lo físico, técnico y hasta en lo emocional.

La tarde del viernes en el gimnasio de La Tola los seleccionados ecuatorianos no se daban tregua. En lo que era una práctica regular, como la que tienen todas las tardes de lunes a viernes en el escenario del centro capitalino, David Padilla no tuvo reparos en lanzar ganchos con toda la fuerza de sus musculosos brazos.

El deportista de 19 años, con protector bucal y un casco en la cabeza, no quería hacerle daño a Steven Chalá, su contrincante en ese momento de la práctica. Pero el boxeo es un deporte en el que dos personas preparadas, en similares condiciones en relación al peso, buscan derrotar al otro con golpes por encima de la cintura.

Chalá, alto y de 18 años, no se quedaba atrás y con su brazos largos también respondía con toda su fuerza. Evitaba los ataques de su contrincante y apenas podía contragolpeaba velozmente.

En los rostros de ambos seleccionados no se veía odios ni rencores. Al contrario, a pesar de lo feroz del combate de entrenamiento, en su mirada se percibía un nivel tal de concentración que ni pestañeaban.

Un descuido no solo puede ser determinante para ganar un combate. Puede ser incluso causa de un nocáut, es decir que un deportista pierda momentáneamente el control de sus facultades. Eso, además, puede llegar a ser peligroso.

Por eso el entrenador Segundo Chango, que dirige en Quito a la base de la selección que irá a los Juegos Sudamericanos de Santiago de Chile el próximo mes, recalca que se debe subir en las mejores condiciones al cuadrilátero.

En el mismo 'ring' los seleccionados Marlon Delgado y Abel Mina se daban golpes aún con más fuerza porque ambos son de categorías de peso superiores. Mina combate en 69 kilos y Delgado, quien estuvo en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, lo hace en los 75.

Después de esos rounds de práctica los pugilistas estaban empapados. Todos, a pesar del cansancio, la falta de oxígeno y el calor, tenían puestas sus chompas y calentadores para sudar más y así perder peso.

Esta parte del boxeo es la que afecta a muchos deportistas.

Delgado, de 21 años y uno de los boxeadores con proyecciones en el país, sudaba exageradamente la tarde del viernes.

Simular combates es tan desgastante como pelear por una medalla. Mientras las gotas de sudor bajaban por su rostro, el choteño que vive en la capital desde los 16 años y que contagia a sus compañeros porque permanentemente está sonriente, reconoció que aún debía perder dos kilos para los Juegos Sudamericanos.

El deportista que afuera del ring sonríe todo el tiempo coincide, como tantos otros, que perder peso, sobre todo en los días previos a un combate, puede ser un suplicio.

El entrenador Chango también confirma que eso es lo más complicado para cualquier boxeador. Por lo demás, los nervios previos a una pelea y el dolor de los golpes son solo parte de este deporte en el que se desarrollan la velocidad, la resistencia y los reflejos.

En el mundo.  Zhanibak Alimkhanuly, de Kazakistán, lidera la clasificación mundial de los 75 kilos. Esta clasificación está disponible en la página www.aiba.org de la Asociación Internacional de Boxeo, que rige a este deporte fuera del ámbito profesional.

En el mundo.  Sakio Bika, nacido en Camerún, tiene 33 años y es campeón en la categoría supermedio, del Consejo Mundial de Boxeo, a escala profesional. Tiene 32 peleas, de las cuales 21 han sido por KO. Los expertos elogian su pegada.

LOS DATOS
75  kg olímpico 75  kg profesional

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