Locutores. En la radio laboran 30 personas, se encargan de los equipos y las notas periodísticas. De ellos, el 60% pertenece a la nacionalidad, los demás son mestizos. Fotos: archivo EL COMERCIO y Cortesía Sonba Pamin
Cada mañana, José Calazacón escucha la radio comunitaria tsáchila Sonba Pamin.
Él señaló que es la única forma de mantener vivo el idioma nativo tsa’fiki en su familia. “Mis hijos tienen 5 y 7 años y repiten todo lo que escuchan en los medios. Por eso, solo escuchamos la radio tsáchila porque hablan en tsa’fiki”.
Además, al menos cinco veces al día se emite un segmento en el que recuerdan algunas palabras nativas y enseñan la pronunciación y significado.
El gobernador tsáchila, Javier Aguavil, afirmó que estas pastillas educativas han servido para que los santodomingueños también aprendan el idioma. “Al salir a la calle, la gente nos saluda en tsa’fiki y eso ya es un logro para la nacionalidad”.
Para Aguavil, en estos seis años al aire, la radio se ha convertido en un espacio para acercar a los tsáchilas. Los locutores cubren las asambleas y congresos tsáchilas para mantener informados a los comuneros de las siete aldeas.
Fernanda Calazacón, de la comuna Los Naranjos, señaló que antes de la radio era difícil enterarse lo que sucedía en otras comunas. “Somos una comuna lejana y con una vía en pésimas condiciones. Eso nos dificulta asistir a todas las convocatorias. Ahora las escuchamos por radio y podemos tomar decisiones”.
El Gobernador aseguró que antes de la creación de la radio, los tsáchilas tenían pocos espacios para expresar sus costumbres y tradiciones.
Pero a través de los micrófonos, no solo han logrado que los jóvenes nativos conozcan el idioma y mantengan conversaciones sino que también han creado espacios para recordar las leyendas y tradiciones ancestrales tsáchilas y chachis.
Narraciones. En la radio también se graban comerciales, radionovelas y reportajes informativos. Lo hacen en tres cabinas, que se adecuaron a mediados del 2015.
Uno de los programas que mayor audiencia tiene es ‘Tsa’chi To Jelen’. Este se caracteriza por producir una radionovela con efectos y ambientaciones musicales del bosque nativo. Para ello utilizan instrumentos típicos, como el palo de lluvia.
El locutor José Aguavil señaló que una de las historias que más impactó a la audiencia y que ha tenido que repetirse en varias ocasiones es sobre la forma en que los ancestros se comunicaban con los muertos.
Según la leyenda, ellos lanzaban un disparo al aire con el arma que se utilizaba en la familia para cazar en el bosque.
El lugar en el que caía el disparo significaba el lugar en el que descansaría el alma de la persona que falleció. Desde ese lugar se podían hacer rituales para contactarse con las personas que fallecieron.
En los programas tsáchilas también se recuerdan los juegos ancestrales. Los locutores explican a los oyentes las reglas del juego y cómo debe jugarse. También sobre cómo elaborar los instrumentos para los juegos, como el trompo.
Antiguamente, este accesorio se elaboraba de un palo de pambil que llevaba incrustado una semilla de forma ovalada. Según el locutor José Aguavil, hacer rotar el trompo no es una tarea sencilla, pues se necesitan agilidad y mucha concentración. “El palo debe quedar en la mitad de las manos y de ahí se le debe dar vueltas, hasta que caiga al suelo en movimiento”.
El Gobernador tsáchila comentó que los primeros años fue difícil posicionarse entre las comunas, porque los tsáchilas no tenían la costumbre de escucharla e incluso había casas en las que solo tenían televisor. Ahora, ya han adquirido equipos de sonido o se escucha a través del celular. “Los tsáchilas llaman y nos piden que hablemos de algunos temas o nos piden canciones”, dijo el locutor Adrián Sauco.
Manifestó que los más de 20 programas que en la actualidad están al aire han servido para promocionar a las orquestas de la nacionalidad, como Generación Tsáchila, Rogel Band, Bonkoro Tenka, Lolita Calazacón, entre otros.
Además, la radio comunitaria creó un espacio especial para que los chachis también pudieran mostrar su cultura desde el 2015.
En las tardes, los locutores chachis relatan los problemas y necesidades de las más de 300 familias provenientes de Esmeraldas y radicadas en la provincia. “Podemos enseñar nuestro idioma cha’pala”, dijo el locutor Diógenes Taputo.