Tener sueños placenteros y lúcidos puede ayudar a un mejor descanso, según un estudio. Foto: Pixabay
Cada tanto se produce. De noche, mientras se duerme, irrumpe un sueño profundo y el protagonista entra en un plano intermedio. Se sabe dormido, pero logra controlar ciertos aspectos de las escenas. Se estima que cerca del 50% de las personas puede ejercer dominio sobre lo onírico. A su vez, una cuarta parte asegura recordar tales sueños lúcidos.
Los números surgen a partir de un nuevo estudio de la Universidad de Adelaide, Australia, que incluso sostiene que más allá de la grata experiencia que implica un sueño lúcido, también podría reportar beneficios para la salud mental. Asimismo, los resultados, publicados en la revista Dreaming, dan cuenta de distintos mecanismos que potencian la posibilidad de interceder en una escena onírica.
Después de reunir 169 participantes, les dieron a cada uno de ellos un cuestionario y un cuaderno en el cual registrar todas sus experiencias semanales. Más allá de la dificultad que implica desarrollar estudios en estas áreas, los investigadores encontraron fórmulas de estimulación cerebral. A los voluntarios se les indicó seguir una o todas de las siguientes técnicas:
1) Los participantes debían verificar una y otra vez su entorno real durante la vigilia, pocos minutos antes de conciliar el sueño, en la búsqueda de reforzar el hábito una vez dormido.
2) Dormir, despertar y volver a dormir. Después de un lapso de cinco horas de sueño, poner el despertador y luego sumergirse otra vez en la somnolencia.
3) Denominada MILD -inducción mnemónica de sueños lúcidos, por sus siglas en inglés- debían repetir la frase “la próxima vez que esté soñando, voy a recordar que estoy soñando” mientras estaban despiertos.
Antes de poner en práctica las técnicas, tan solo el 8% del total de los sueños del grupo eran lúcidos. Sin embargo, la estadística se disparó después del experimento. Entre aquellos que habían puesto en marcha los tres métodos en simultáneo, hubo un 17% de sueños lúcidos. Mucho más aún, quienes aseguraron quedarse dormidos cinco minutos después del procedimiento MILD, registraron 46% de control sobre lo onírico.
“La técnica MILD funciona en lo que llamamos memoria prospectiva. Es decir, la capacidad de recordar hacer cosas en el futuro”, sostuvo Denholm Aspy, uno de los autores del trabajo. “Al repetir esa frase, es una intención en tu mente que hace que, de hecho, recuerdes que estás soñando, lo que lleva a un sueño lúcido“, agregó.
A su vez, el equipo de investigación remarcó que, superado el experimento, los participantes no reportaron efectos negativos en su calidad de sueño. Nunca mencionaron sentirse más cansados al día siguiente.