Varios reclusos pasaron por las celdas del Expenal Garcìa Moreno. Foto: Archivo/El Comercio
El Expenal García Moreno, a poco tiempo de convertirse en hotel, esconde grandes historias entre las paredes. Entre sus grandes recuerdos están reclusos como Eloy Alfaro, varios políticos, asesinos, violadores, inocentes, poseedores de droga o de armas, que pasaron por esas rejas. Los presidentes Lucio Gutiérrez y Carlos Julio Arosemena son algunos de los personajes que tuvieron que pasar sus días en el que era conocido como el ‘Panóptico de Quito‘. Ahora te contamos un poco sobre los más conocidos ‘inquilinos’ de esta prisión y quienes causaron más terror en las calles.
Pedro Alonso López. Foto: Archivo/El Comercio
Pedro Alonso López – Alias: El monstruo de los Andes
Hombre de origen colombiano. Su nombre se debe al recorrido que dio durante sus crímenes. Violó y asesino aproximadamente 300 niñas de Colombia, Ecuador y Perú. Sus víctimas eran mayormente indígenas de entre 8 y 13 años de edad, según la biografía del asesino. Según el portal web de Diario El País, López reconoció que había asesinado a, por lo menos, 110 muchachas en Ecuador, 100 en Colombia, y “muchas más de 100” en Perú.
Fue capturado en Ambato y trasladado a Quito. Sin embargo, en una entrevista realizada por ‘LaTv’ dijo: “no me han encontrado en el hecho, estoy colaborando con la ciudadanía y con la policía.” Obtuvo una condena de 16 años por los delitos cometidos.
Para 1991 había completado 11 años y medio dentro del penal. Cumplió con la condena, salió, regresó a Colombia y se desconoce su actual paradero.
Daniel Camargo Barbosa. Foto: Archivo/El Comercio
Daniel Camargo Barbosa – Alias: La bestia de los Manglares
Camargo causó terror en el Ecuador en los años 80’s. Una serie de asesinatos y violaciones ocurría frecuentemente, cuerpos desnudos de jóvenes, niñas y adolescentes eran encontrados en zonas boscosas y apartadas. En su gran mayoría niñas de 8 o 9 años. En total, sumo 150 asesinatos en Ecuador.
Fue detenido el 3 de marzo de 1986 en la calle Granados en Quito, los policías que lo aprendieron hallaron la ropa de quién entonces fue su última víctima. Fue sancionado y encarcelado en el Expenal García Moreno. Fue condenado a 10 años de prisión. “Camargo tenía 61 años y decía que cuando saliera libre iba a dedicarse a la docencia“, según una nota publicada en 2006 por El Comercio.
Sin embargo, no imaginó encontrarse con un familiar de una de sus víctimas dentro de la prisión. Cuando cumplía su octavo año de reclusión, un compañero de celda, lo apuñaló mientras se peinaba frente al espejo en la celda 14 del pabellón B . Era el 13 de noviembre de 1994, cuando el recluso, decidió vengarse de la violación de una de sus primas.
William Cumbajín – Alias: Asesino de los matorrales
Ecuatoriano y Quiteño. Cumbajín, tenía como objetivo principal a mujeres de entre 20 y 30 años de edad. En varias ocasiones se encontró a chicas con problemas mentales y las mató brutalmente, convirtiéndolo en uno de los criminales seriales más sádicos de la historia, según Diario El Telégrafo.
Comenzó con los homicidios en el 2002, después de nueve crímenes, en 2003 a los 32 años edad fue arrestado en el Centro Histórico de Quito acusado de la muerte de seis mujeres en la capital. Era señalado como el verdugo de varias mujeres indigentes, algunas con problemas mentales, según declaraciones dadas al Ministerio Público.
Según el testimonio del ‘Asesino de los Matorrales‘, “se recorrieron la quebrada del Machángara, el Itchimbía, y el barrio Collacoto. En estos sitios fueron hallados los cuerpos de seis mujeres que fueron violadas y extranguladas, y de un niño, hijo de una de las víctimas”, según archivo El Comercio.
Finalmente, fue condenado a 25 años de prisión; estuvo aprendido en la unidad psiquiátrica, por tanto se mantenía alejado de los demás privados de la libertad.
El ‘desdentado del Pichincha’. Foto: Galo Paguay/EL COMERCIO
Nelson Bedón Rugel – Alias: El desdentado del Pichincha
Violó a una serie de niñas, adolescentes y extranjeras. Amedrentaba a sus víctimas, les atacaba con un machete y un revolver. Siempre atacaba a parejas o grupos. Su cuadro psicológico era similar al de Camargo y el Monstruo de los Andes.
Rugel contaba con 16 detenciones anteriores por robo, secuestro y violaciones. Acumuló 37 violaciones, entre 1988 y el 2000. Fue detenido nuevamente el 2 de julio de 2008 “en El Rocío de Guamaní, al sur de Quito, cuando subía al Ungüí. La Policía presume que se aprestaba a caminar por los cerros que colindan con el Pichincha, posiblemente en busca de una víctima”, según archivo El Comercio.
Además era vigilado y perseguido en el Ruco Pichincha. El Comercio en una nota del 17 de octubre del 2002, advirtió a la ciudadanía del asesino, recomendó subir al Pichincha “en un grupo de más de 6 personas. Y no se detenga por mucho tiempo para tomar un descanso”. Tal fue el nivel de agresión y violación a extranjeras que las embajadas amenazaron con dar alerta roja a los turistas sobre el recorrido al lugar.
Engañó a las autoridades para que dejaran de vigilarlo. El desdentado, no solo interceptaba a sus víctimas, también las violaba y les robaba sus pertenencias, en especial cámaras fotográficas. Finalmente, fue acusado por violación y tenencia ilegal de armas; fue sentenciado a 16 años de prisión.
Óscar Caranqui. Foto: Archivo/EL COMERCIO
Oscar Rubén Caranqui Villegas
Fue capturado en Colombia con un pasaporte falso venezolano y entregado a las autoridades ecuatorianas en abril del 2005.
Condenado por asesinato y narcotráfico a 16 años de prisión. Fue ubicado en el expenal García Moreno. En ese lugar acomodó su celda a su antojo. La hizo personal, eran los 7.6 metros cuadrados más lujosos de todo el penal. Convirtió ese pequeño espacio en una habitación de hotel.
Además, tenía tratos con los guardias. Salía entre semana disfrazado de policía, volvía hasta dos días después. También poseía privilegios al recibir visitas. Por el intento de fuga fue trasladado en el 2010 a la cárcel de la Roca, según el Diario de Manabí. En junio del 2013 fue asesinado por otro recluso.
Celda museo Eloy Alfaro, Expenal García Moreno. Foto: Alfredo Lagla/El Comercio
Eloy Alfaro – Ex Presidente de la República del Ecuador
El 30 de enero de 2016, se conmemoraron los 104 años de ‘La hoguera bárbara’, así es como muchos recuerdan el suceso de la muerte de Alfaro en 1912. El expresidente ocupó la celda número 13 del pabellón E del Expenal. Estuvo aproximadamente dos horas dentro de la prisión, luego una multitud atracó el lugar y lo asesinaron.
Nadie más volvió a ocupar ese aposento. 23 años después se abrió nuevamente la puerta para convertirse en celda museo y hoy en día existe un busto con la imagen de Alfaro, los nombres de quienes le ayudaron como Flavio Alfaro (su hermano) y cuadros de su presidencia. Sus cuidadores también fueron atracados vilmente, lo que los llevo a morir siendo arrancados las extremidades. Luego de todo el maltrato, Eloy Alfaro fue llevado al parque El Ejido, donde sucedió el hecho.
Expenal García Moreno. Foto: Galo Paguay/EL COMERCIO
Estas celdas vieron pasar a una lista inmensa de anónimos que corrieron con suerte de salir y volver a vivir una vida normal; otros, con la suerte de ser trasladados al nuevo centro penitenciario y conseguir un nivel igual al de otros presos; y hubo quienes no corrieron con esa suerte y dejaron sus vidas entre esas paredes. Suicidios, riñas, deudas o venganza, esas fueron unas de las razones por las que muchos carcelarios dejaron su último suspiro ahí.
El expenal García Moreno, después del traslado de los presos el 30 de abril del 2014 a la Cárcel de Latacunga, se convirtió en museo. Hoy en día, el panóptico de San Roque promete convertirse en un lujoso hotel cinco estrellas. Rafael Correa realizó una visita al hotel Liberty de Boston que también fue una prisión. De ahí obtuvo la idea de convertir a la construcción del siglo XIX en un lujoso hotel para la capital ecuatoriana. El gobierno ha iniciado los trámites para transformar este lugar lleno de recuerdos e historias en un espacio de hospedaje para turistas.