No es recomendable mirar a un perros a los ojos mientras está ladrando porque puede percibirlo como un gesto amenazante. Foto: Pixabay

No es recomendable mirar a un perros a los ojos mientras está ladrando porque puede percibirlo como un gesto amenazante. Foto: Pixabay

Poniendo a prueba el refrán, perro que ladra, ¿no muerde?

No es recomendable mirar a un perros a los ojos mientras está ladrando porque puede percibirlo como un gesto amenazante. Foto: Pixabay

"Perro que ladra, no muerde" es una de las frases que utilizamos para aquellas personas que parecen amenazantes, y en realidad no lo son. Pero, ¿qué tan cierta es esta afirmación aplicada a los canes?

El popular dicho tiene un porcentaje de verdad, ya que el animal puede ladrar simplemente para expresar emociones, hambre o porque quiere jugar. Los ladridos también pueden ser señal de prevención. Así lo advierte Byron Paredes, especialista en entrenamiento canino. 

Estos se dividen en dos grandes categorías, según el especialista. El primero es conocido como “por instinto de presa” que es el que utilizan nuestras mascotas para pedir algo.

Cuando juegas con tu perro, el ladrido está acompañado de un movimiento constante de su cola, lo que indica que solamente hace este sonido para recibir un juguete o una recompensa.

Pero cuando siente una amenaza, activa su “ladrido de defensa”, aunque el sonido puede parecer igual al anterior, su cuerpo y gesticulaciones son las que cambian. Sus orejas se ponen en estado de alerta, la cola se esconde inmóvil entre sus piernas y nos enseña sus dientes, advirtiendo que, si nos acercamos, vamos a sufrir una Quito, 31-08-04.

Los perros que viven en la calle normalmente tienen un alto instinto de defensa y bajo de presa, según Paredes, ya que en base a sus experiencias negativas, han aprendido que deben ladrar para ahuyentar a quien se atreva a acercarse porque puede hacerles daño.

En el 90% de los casos, estos perros dejarán un moretón después de la mordida, pero no se convertirá en una herida profunda. En cambio, con las mascotas que si han recibido entrenamiento, el panorama es más grave. Estos están acostumbrados a no soltar después del primer mordisco.

Entonces, ¿qué debemos hacer ante los ladridos? Paredes y Juan Aguirre, entrenador canino, nos dan algunos consejos para salir ilesos de esta situación:

Nunca agarres a un perro cuando está en estado de alerta porque lo estas provocando para que reaccione y se genere una agresión.

Permite que se acerque y te huela, así, poco a poco, podrás acercar tu mano. Debes colocarla bajo el hocico, al nivel del pecho. De esta forma entenderá que es una caricia y no una agresión.

Después de que finalicen los ladridos es posible acercarse, pero hazlo de manera lateral y tu mano nunca debe estar con la palma hacia el animal.

La mirada debe fijarse en el pecho o en las orejas, pero no directamente a sus ojos, ya que esta también es una señal de agresión.

Correr es una mala idea porque esto indicará que el perro es superior a ti y evidenciará tu miedo. Puede motivar a que el can te siga.

La confianza que tengas en ese momento es esencial para el comportamiento del animal. Si huele inseguridad o temor, se sentirá superior y te verá como el débil de la manada, por lo que podrá hacer lo que desee contigo. Así que ya sabes, perro que ladra, también muerde.