Aunque te cause sorpresa, la Real Academia de la Lengua ha aceptado palabras como almondiga, setiembre y muriciégalo. Foto: Captura.
Se dice murciélago, no murciégalo; se dice murciélago, no murciégalo… Si alguna vez tuviste que repetir cien veces en tu cuaderno una frase como esta, tenemos algo que contarte: es correcto decir murciégalo.
Pero antes que busques entre tus contactos de Facebook a tu profesor de la escuela – si es que aún recuerdas su nombre – para decirle que tenías razón, hay más buenas noticias, también es correcto decir descambiar y crocodilo.
Tal vez en este momento tengas una mezcla de sentimientos al saber que estabas en lo correcto, que nunca pronunciaste ni escribiste mal murciélago, pero de todas maneras tuviste que aprender a la fuerza ‘la forma correcta’ de escribir y pronunciar la palabra.
Pero eso no es todo ¡Cuidado, la siguiente información podría hacer que tengas un ataque de ira! La palabra original era murciégalo y la gente lo dijo mal hasta que la RAE decidió aceptar la versión mal dicha, así lo afirma la experta en lengua castellana y catedrática de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE), Ana Estrella.
¿No lo crees? Pues aquí van las razones. Resulta que murciégalo viene de la palabra en latín murciego, que significa ratón ciego y derivó en esa acepción que es muy antigua y se encuentra en desuso, porque la forma mal dicha ganó más espacio.
Igual de antigua es la palabra toballa y no, no está mal escrito, con el tiempo fuimos perdiendo la b en esta palabra y quedó toalla, aunque las dos formas están aceptadas en el diccionario de la Real Academia de la Lengua (RAE).
Y aún hay más, si alguna vez te burlaste de alguien que decía: “descámbieme, el vuelto” o “descámbiame los tazos”, pues deberías pensarlo dos veces antes de hacerlo otra vez. En realidad, descambiar está bien dicho porque se aumenta el prefijo des – que se usa en negación o inversión – al verbo original, cambiar. Estrella asegura que a esta palabra ni siquiera se la acepta como coloquial, es decir un lenguaje informal.
Ahora vamos con palabras más comunes, sabías que podrías decir setiembre y otubre, restándole una letra a estos meses. Esto sucede porque, con el tiempo, se busca simplificar el lenguaje y disminuir el uso de dos consonantes juntas. Ya ha pasado con otras palabras como psicólogo, se acepta sicólogo o psiquiatra, que también se puede escribir siquiatra.
Aunque parezca que un diccionario es un libro estricto donde nada puede cambiarse, no es así. Todas estas palabras pasan por el análisis de varios académicos para formar, o no, parte del compendio y se van actualizando con el paso de los años. Estrella menciona que en cien años, probablemente, varias palabras que ahora utilizamos ya no estarán o serán diferentes.
Y las palabras que no aparecían en las ediciones anteriores, ¿Cómo se hace para que entren en el diccionario? Pues existen tres formas: la primera, un grupo de investigadores busca que nuevas palabras existen; las Academias de los países que hablan español- En el caso de Ecuador es la Academia Ecuatoriana de la Lengua- envían informes sobre las palabras nuevas que se están usando y la tercera, cualquier persona puede proponer, en la página web de la Real Academia, qué palabras debieran ir en las ediciones futuras y los motivos por los que tienen que estar ahí.
Antes de que lances tu diccionario por la ventana, espera, tal vez puede servirte para comprobar que la siguiente lista de palabras sí existen, una selección de algunas acepciones extrañas que aceptó la RAE en sus últimas ediciones.