La venta de años viejos en el Parque La Carolina tiene más de 30 años. En este lugar se pueden encontrar muñecos de cartón y de papel. Foto: David Landeta/ AFULL.
Falta muy poco para que termine el 2015 y que mejor forma de despedirlo que quemar un año viejo; saltar sobre él, golpearlo, si el año fue malo o llorar porque se va, si es que ha sido bueno. En varios sectores de Quito, las tiendas que antes vendían objetos navideños han cambiado los árboles de Navidad por monigotes y los bombillos por caretas.
No existe información clara de cuándo inició la tradición de quemar años viejos. El investigador Darío Guevara en uno de sus textos de historia, asegura que esta costumbre puede provenir de antiguos rituales indígenas. Otro autor, Ángel Emilio Hidalgo, afirma que misioneros españoles ya elaboraban este tipo de representaciones en la época colonial.
Pero no vayamos tan atrás en el tiempo, regresemos a Quito, a los años 80. En aquella década en el parque La Carolina iniciaba la tradición de vender años viejos. Carlos Mejía, junto a su suegro, comenzaron con la venta de estos objetos para despedir el año en las calles Eloy Alfaro y República; sobre la calzada, aunque ahora tienen sus puestos en el parqueadero del lugar.
En aquella época en Quito se acostumbraba a vender años viejos elaborados con ropa usada y viruta que se conseguía en los aserraderos. Pero en la misma época, en Guayaquil iniciaba otra tradición la de fabricar monigotes de cartón cubiertos de papel y engrudo.
Este es el momento perfecto para establecer diferencias entre dos tipos de años viejos: los más tradicionales y lo nuevos, los de papel y los de cartón, pero vamos desde el principio.
Lo tradicional y lo nuevo para fin de año
Los muñecos hechos de papel son los más comunes y económicos. Se fabrican con ropa usada y periódico. Foto: David Landeta/ AFULL.
Carlos Mejía, que elabora y vende años viejos, establece una diferencia clara entre los dos tipos de años viejos que existen. Los más tradicionales se elaboran con ropa vieja cocida y están rellenos de bolas de papel. Aunque estos también han sido modificados con el paso de los años, antes se los fabricaba con aserrín – residuos que se desprenden de la madera al ser trabajada –, pero este material se demoraba mucho en quemar y generaba mucho desperdicio por eso ahora se los elabora de papel periódico.
Los segundos, que son más actuales en la capital, están fabricados con papel pegado sobre estructuras de cartón o de madera. Lo que más destaca en este segundo tipo de años viejos son los diseños que tienen, mucho más reales y detallados. Además que la cantidad de personajes es más variada. En los locales especializados en venta de años viejos se puede encontrar desde muñecos del actual campeón del fútbol ecuatoriano Emelec, hasta figuras de la política como el Presidente de la República. Rafael Correa.
También existen diferencias en los gustos de los compradores, según Rosa Chiluisa. Ella vende años viejos y disfraces para viudas en otro de los parqueaderos del parque La Carolina- ubicado en la av. de Los Shyris y Portugal- desde hace más de 20 años.
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Chiluisa asegura que los niños prefieren los años viejos hechos de cartón por los diseños. Entre las figuras que esta comerciante ofrece en su local se pueden encontrar algunos personajes de las películas ‘Angry Birds’ y ‘La era del Hielo’.
Estos viejos tan simpáticos se venden con un consejo dirigido a los padres. Deben explicar a los más pequeños del hogar que las figuras son para quemar el 31 de diciembre en la noche y no para quedárselos. Esto con el fin de evitar recibir el año entre lágrimas. .
Las figuras preferidas por los niños son los muñecos de acción y figuras de la película y televisión. Foto: David Landeta/ AFULL.
Por otro lado, la gente adulta prefiere los muñecos más tradicionales, tal vez por costumbre asegura la vendedora. Los años viejos hechos de ropa cocida y papel no tienen los detalles tan estilizados como los de cartón pero son más fáciles de transportar y vienen en diferentes tamaños.
Hay pequeños, que se los puede amarrar en la parte delantera del auto o de tamaño real y con una variedad de caretas que van desde figuras políticas. También se pueden buscar rostros que se parezcan a los de algún familiar o conocido, todo es parte de la diversión.
Papel y madera son los ‘esqueletos’ de los años viejos
El tiempo que toma elaborar los años viejos de papel y de cartón no es el mismo, así como los materiales y la forma de trabajar. Carlos Mejía explica que, para elaborar un ‘viejo’ tradicional, lo primero que debe hacer es seleccionar la ropa que usará, sus años viejos tienen terno, camisa y corbata;.
Luego les cose los puños, tanto del pantalón como de la camisa, y les rellena de papel periódico “hecho bolitas”, el papel debe estar bien presionado para que el año viejo no se vea escuálido. Finalmente, con una media nylon o con una funda, que igual esta rellena de papel, cose la cabeza al cuello de la camisa y el año viejo está listo, este proceso toma una media hora.
Para los años viejos más modernos el proceso toma más tiempo- entre dos y tres horas, dependiendo del tamaño y el diseño del monigote que se vaya a elaborar-, así lo explica Rosa Chiluisa.
En principio, se toma una estructura de madera o un molde de cartón, que será el ‘esqueleto’ del año viejo, luego con engrudo y papel periódico se cubre la estructura dándole la forma del año viejo que se desee. Se deja secar el muñeco hasta que el papel cubierto de engrudo esté seco y duro; finalmente, se pinta el muñeco en un proceso que necesita mucha habilidad por los detalles de cada muñeco y el año viejo está listo.
Por último, los precios
El valor de los monigotes varía dependiendo del tipo que se desee llevar así como el tamaño y el personaje. Foto: David Landeta/ AFULL.
El costo de los años viejos varía por el material con el que esté hecho, papel o cartón, y por el tamaño. Un monigote de cartón que alcanza casi los dos metros de altura puede costar entre USD 25 y USD 30; en cambio, los muñecos tradicionales de papel cuestan entre USD 10 y USD 8 los más grandes.
También hay opciones más económicas en los dos casos, en los de cartón se pueden encontrar figuras que cuestan USD 5 y no superan los cinco centímetros, así como muñecos de papel pequeños que cuestan alrededor de USD 3.