El portero inglés Jordan Pickford se lució atajando los remates suecos. Foto: Agencia AFP
Dicen que Zlatan Ibrahimovic no muestra signos de debilidad. Pero justo en estos momentos debe estar llorando a mares por la eliminación de la selección sueca del Mundial de Rusia 2018, en manos de Inglaterra. Y sobre todo porque le toca pagar una cena a David Beckham, con quien hizo una apuesta. Esta y otras de las ‘emojiones’ del partido, en la siguiente nota.
Con los tremendos cabezazos que se pegaron Harry Maguire en el primer tiempo y Dele Alli en el segundo, ni siquiera Lisbeth Salander, hackeando el sistema VAR o inmovilizando a Raheem Sterling con su pistola eléctrica, hubiera podido salvar a los suecos.
No queremos desmerecer los enormes esfuerzos de la selección sueca por abrirse paso entre la impenetrable defensa inglesa. Sin embargo, es la selección de Inglaterra la que se lleva todos los méritos por haber jugado en equipo y de manera coordinada.
Una defensa compacta, un medio campo rápido en reaccionar y un Raheem Sterling dispuesto a correr frenéticamente en los contragolpes caracterizaron el juego inglés. Fue, sin embargo, el juego aéreo el que los ayudó a concretar sus anotaciones.
El portero inglés Jordan Pickford se llevó la mayor cantidad de aplausos durante el partido. Su tarea no fue fácil. Los delanteros suecos llegaban a su portería llenos de furia y sin ganas de perder el pase a semifinales.
Pickford evitó en repetidas ocasiones que el balón ingresara en su portería, sobre todo durante el segundo tiempo, cuando los suecos comenzaron a reaccionar y los ingleses a retroceder cada vez más.
Lastimosamente, en los mundiales no se vive de casi-goles. Los enormes esfuerzos de la selección de Suecia por romper la barrera defensiva inglesa resultaron infructuosos.
Así, la selección sueca se despide de un Mundial en el cual había generado expectativa. Sin embargo, el buen desempeño en las primeras etapas no le sirvió para destacarse entre los cuatro mejores de la Copa del Mundo.
El farrón de los ingleses no se hizo esperar. Poco después de finalizado el partido, los hinchas se tomaron las calles de la ciudad de Samara y también las de Moscú para celebrar. La fiesta se vivió también dentro de la cancha, donde los jugadores celebraron la victoria junto al plantel, el entrenador y los suplentes.