El cuerpo es como una bomba de tiempo cuando se estresa. Imagen: Osvaldo Montero/Flickr
El corazón parece salirse del pecho, el sudor aumenta, los dolores de cabeza son el pan nuestro de cada día y contracturas musculares aparecen de la nada por todo el cuerpo. Esas son algunos de los síntomas que experimenta una persona con estrés. Bueno, no parece nada nuevo, todos lo hemos sentido y quienes creen que no, sabrán seguramente de alguien que lo padece, pero ¿qué es exactamente?
Es una reacción de nuestro cuerpo ante un estímulo adverso, que media el cerebro, el disco duro del organismo. La neuróloga Sandra Espinoza señala que de por sí el estrés es positivo porque es un mecanismo de defensa que nos permite estar alertas. Como cuando cruzamos la calle y hay mucho tráfico, el estrés nos permite estar alerta y concentrados.
En el cuerpo el estrés funciona tanto a nivel del sistema nervioso simpático como del parasimpático, que en términos sencillos es la central de control de todos las operaciones involuntarias de nuestro cuerpo. Así lo explica el Dr. Óscar Vaca, experto en neurotiroidología.
Entonces, el cuerpo entra en una etapa de tensión y segrega adrenalina y noradrenalina. Estas hormonas aceleran la velocidad de las palpitaciones, producen la sensación de falta de aire y dolor en el pecho, dolores de cabeza y sudor excesivo. El cerebro le dice al cuerpo algo como ”Oye, tenemos que sobrevivir, así que a darlo todo”.
Hay que tomar en cuenta que no todo estrés es igual, existen dos niveles el agudo y el crónico. El agudo pasa a los pocos minutos de experimentar el episodio y es normal. Pero el crónico dura periodos más prolongados de tiempo y se recomienda acudir al médico en estos casos.
Efectos como la falta o el exceso de sueño, la pérdida o el excesivo apetito, episodios de ira, ansiedad, migrañas pueden traer consecuencias más graves con enfermedades derivadas. Por eso Vaca hace énfasis en la necesidad de determinar la causa real que , según dijo, puede tener que ver con la genética.
Ambos expertos coinciden en que la tecnología y la velocidad del mundo actual provoca que la gente cada vez viva más tensionada. Por ello Espinoza recomienda buscar espacios para la relajación, ejercitarse, respirar y ser feliz.