Una cartilla de la Época victoriana en la que se anunciaba una forma de prevenir el embarazo. Foto: Wikicommons
Hoy en día existen varios métodos anticonceptivos que pueden evitar que las parejas, que aún no están preparadas para tener hijos, se cuiden: el condón, la cápsula de hormonas, el aro vaginal, las pastillas diarias o las inyecciones mensuales, cualquier forma de precaución que brinda a la pareja placer, pero también seguridad. Hasta hace poco más de 10 años atrás, varias de estas técnicas anticonceptivas no existían, muchas personas para evitar embarazarse, preferían atarse un testículo de comadreja o hasta echarse coca cola en la vagina.
Estornudar mientras se hacen cuclillas o sentadillas profundas era un método que se utilizaba en la Grecia Antigua. Esta práctica se llevaba acabo al finalizar el acto sexual, para evitar que la esperma entrara en el útero. Es decir, la fuerza que hace el abdomen con el estornudo, lograba que el espermatozoide no llegue a la meta, o al menos eso es lo que los griegos creían.
Pero eso no es todo, los griegos, hasta la Primera Guerra Mundial, también usaban el sistema de beber agua de hierro’, sí, el residuo con el que lavaban las herramientas de trabajo. Pero, definitivamente esto no era una buena idea, ya que el beber esta sustancia tóxica les ocasionaba náuseas, convulsiones o la muerte, según un artículo de El Diario de Nueva York.
En China eran igual de extremos, por los años 900 a.C., se aconsejaba a las mujeres que comieran renacuajos bañados en mercurio. Este método sí funcionaba según la BBC, porque efectivamente mataba a los espermas, pero como consecuencia dejaba completamente estéril a la mujer o por otro lado, su otra opción era morir.
Europa no se queda atrás con las tácticas raras, te imaginas a tu pareja con un testículo de comadreja atado a su pierna. Nada más matapasiones que eso; el genital de este animal, en el oscurantismo europeo era un símbolo anticonceptivo, es decir los protegería de los embarazos no deseados.
Para seguir con los testículos, los canadienses también los utilizaron, pero en el té y esta vez de castores. En el siglo XVI, se molían los genitales y se echaba dentro del té, mezclado con alcohol para así ‘fingir demencia’, hacer como que nunca pasó nada, no quedar embarazada, pero sí borracha.
El utilizar partes de los animales también fue una opción que tomaron los egipcios, sin duda la idea de una ‘barrera vaginal’ era la mejor forma de evitar el embarazo. Pero su manera de crear este ‘muro’ estaría hecho de miel con eses de cocodrilo. Sin embargo, este sistema no persistió por mucho tiempo.
Pero al final, los animales si lograron ser de ayuda. El condón hecho de intestinos de cerdo y remojado en leche caliente, fue la grandiosa creación que actualmente hace que las personas utilicen los preservativos que todos conocemos. La diferencia es que ahora los encuentran de diferentes sabores, tamaños, texturas y colores; y por supuesto, ahora son de látex.
El método más raro y medianamente actual es el de la Coca Cola. Seguro has visto lo que para cuando se pone una menta dentro de la gaseosa –por si no lo sabes, explota-. Pues hace 10 años, las mujeres se tiraban esta bebida dentro de la vagina, logrando que la carbonatación y el azúcar hagan a los espermas explotar. Extrañamente, después de esto, la Coca Cola se volvió no solo una bebida, también un destapa caños o limpiador de baterías de auto por su potente fórmula.