Los dialectos surgen dependiendo de la región y otros factores que influyen en el hablante. Foto: Alexandre Dulaunoy/Flickr
Situación típica: Vas a Guayaquil por algunos días y debes llegar a un sitio en particular, así que preguntas en la calle por la dirección que tienes anotada. Pero no logras entender nada. La gente habla tan rápido, se saltan las ‘s’, pronuncian muy raro las ‘j’ y tienen palabras que ni hubieras pensado que existen.
¿Cómo pasa esto? En un país tan pequeño como Ecuador ¿Cómo puede haber tantos acentos y tan distintos? Afull te explica el porqué de la evolución constante del lenguaje.
Las sociedades en general están en constante cambio. Solamente entre una generación y la siguiente se pueden observar enormes diferencias a nivel cultural. Ahora, intenta proyectar esto a varios siglos de diferencia entre, por ejemplo, la época colonial hasta hoy por hoy. Las características, tanto culturales como lingüísticas, son totalmente distintas.
Así como evolucionan todos los seres vivos y así como se desarrollan las culturas, “el lenguaje también está en un constante proceso de cambio”, asegura la lingüista Ana Estrella. Como ejemplo de esto, la experta pone sobre la mesa la doble ‘l’ que se suele usar en Loja u otras provincias de la Sierra. Ya sabes, esa en la que en lugar de sonar como ‘llanta’ parece que dijeran ‘lianta‘. Este modismo ha ido desapareciendo con el tiempo y, asegura Estrella, “con el tiempo terminará extinguiéndose”.
Ahora bien, ¿De dónde aparecen todos los acentos que hay hoy en día? Lastimosamente, es imposible responder a esta pregunta porque el lenguaje, a fin de cuentas, no es tan formal como parece ser. Sí, existe la Real Academia Española, que es el órgano oficial que rige el uso correcto del castellano, pero ¿Sabes de dónde surge el español? Una pista: No es en las cortes aristócratas de España. Todo lo contrario. “El español es una versión vulgar del latín”, afirma Estrella.
Hasta el momento, lo que los estudiosos han logrado rastrear del origen del castellano es lo siguiente: Unas tropas de soldados romanos bien ‘densos’ fueron enviadas hasta la Península Ibérica y allí formaron raíces. Poco a poco, fueron inventando su propio dialecto, deformando completamente el latín y ‘paff’ se hizo el español. Golpe bajo para quienes reivindican el uso correcto del castellano. Toma eso, Mario Vargas Llosa.
Pero existen también otras influencias que no todos conocen. Según explica Estrella, todas las lenguas romances (o derivadas del latín), como el francés, el italiano, el portugués, entre otras, contienen una diferenciación muy bien delimitada entre la ‘v’ y la ‘b’. En el español, esta diferenciación es muy vaga. Esto es gracias a la influencia del Euskera “¿El qué?” Te estarás preguntando. Es el idioma que se habla en País Vasco, en la frontera entre España y Francia. Esta lengua es bastante particular, pues al momento se desconoce su raíz.
Así como el español proviene de una raíz deformada y se ha ido modificando con el pasar de los años, el idioma también puede cambiar de manera drástica en un futuro próximo. “La influencia del inglés es probablemente algo que se irá marcando con mayor fuerza”, asegura Estrella. De hecho, ya tenemos varias palabras en inglés españolizadas, conocidas como anglicismos. Algunos ejemplos de esto son ‘tuitear‘, el ‘mall‘ o también el clásico ‘Ok’.
El idioma, al igual que cualquier sistema humano, está en constante evolución. Se adapta a las necesidades de cada época y, por tanto, no puede quedar estático. A la final, el cambio se convierte en una especie de necesidad de cada época, así que no te estreses tanto por el uso exagerado de jergas de algunas personas. Solo relájate; quieras o no, nuestro castellano tal y como lo conocemos cambiará por completo tarde o temprano.