La muerte del gorila Harambe en el zoológico de Cincinatti ha desatado diversas reacciones. En Facebook, varias páginas piden justicia para el animal. Foto: Facebook/ Justice For Harambe.
Un video de un gorila arrastrando a un niño de cuatro años por su jaula en el zoológico de Cincinnati ha dado la vuelta al mundo. En YouTube, tiene alrededor de siete millones de visitas y generó un debate ético al difundirse la noticia de que el primate había sido sacrificado para poner al pequeño fuera de peligro.
Video: YouTube, cuenta: ViralHog.
Los comentarios al video no se hicieron esperar. “Sé que los accidentes pasan, pero ¿Quién estaba supervisando a ese niño”, señala Cameron Perry en el clip de YouTube. Por otro lado, el usuario Alexander McKnight comenta: “Si yo viera un niño en el peligroso camino de un animal que es parte de una especie en extinción, no hay duda. Yo tomaría un arma”.
Sin duda, la situación era muy complicada en aquel momento. Las autoridades del zoológico decidieron, finalmente, disparar al gorila con balas letales para evitar cualquier inconveniente. “Estamos contentos de que el pequeño esté bien… no nos tomamos la muerte de Harambe (nombre del primate) a la ligera, pero el niño estaba en peligro”, aseguró Thane Maynard, director del zoológico de Cincinnati.
Maynard explicó también que dispararle un sedante a Harambe hubiese resultado en un problema aún mayor, puesto que los dardos tranquilizantes toman varios minutos en hacer efecto y, por lo general, ponen a los animales en una situación mayor de estrés.
A pesar de la tensión de la situación en aquel momento, algunos expertos analizan que no era necesario matar a Harambe. Uno de ellos es el primatólogo Frans de Waal quien en un artículo publicado por el diario El País de España asegura que “”si el gorila hubiese querido matar al niño, lo habría podido hacer de un puñetazo. La gente no tiene idea de la fuerza sobrehumana de los gorilas”.
De hecho, de Wall cree que Harambe tenía una actitud protectora hacia el menor. Lo dice basándose en lo que ve en las imágenes pues el gorila toma al menor en sus manos, aunque no sabía qué hacer con él. En medio de la desesperación de las personas que veían la escena, la situación se puso tensa y el primate arrastró varias veces al niño por el agua.
Según Stella de la Torre, especialista en primates y decana del Colegio de Ciencias Biológicas y Ambientales de la Universidad San Francisco de Quito, el gorila no muestra ningún signo de un comportamiento agresivo. Explica que normalmente cuando van a atacar golpean con sus brazos su pecho y el pelo se les eriza. Además, estos primates solo atacan cuando se sienten en peligro.
Para De la Torre “el gorila no da muestras que él considere que el niño es un potencial peligro. Está curioso y de alguna manera le está intentando proteger”. En un momento, el animal arrastra al niño. Sin embargo, el infante sale sin mayores traumas. Analizando la situación, Torres considera que con un dardo anestésico hubiese sido muy poco probable que el gorila reaccionara agresivamente, pues se le nota muy tranquilo.
Por su parte, una excuidadora de un zoológico en Florida que trabajó durante varios años muy de cerca con los gorilas parece creer que los encargados del zoológico de Cincinatti tomaron la decisión adecuada. Su nombre es Amanda O’Donoughue y se valió de su cuenta de Facebook para expresar su sentir respecto a la muerte de Harambe.
Según el portal Buzzfeed, O’Donoughue aseguró que si bien los gorilas son gigantes gentiles ella nunca subestimó lo peligrosos que podían llegar a ser. Luego de observar el mismo video que vieron de Wall y de la Torre aseguró estar horrorizada por el peligro en el que se encontraba el menor.
“Los gorilas son gentiles, curiosos y algunas veces tontos, pero también son animales grandes y fuertes”, explica la excuidadora para quien lo sucedido en Cincinatti es la “pesadilla de cualquier cuidador de zoológico”, pues asegura que lo más probable era que Harambe no se iba a separar del menor sin antes herirlo gravemente.
O’Donoughue llega a una conclusión, en lugar de culpar a las autoridades del zoológico o a los padres del menor, sería mejor revisar las medidas de seguridad de los cerramientos del zoológico. “No debería existir manera de que una persona pueda encontrarse a si misma dentro del lugar donde se exhibe un animal”, finaliza.
Es quizás por este último razonamiento que su publicación, hecha el 30 de mayo de 2016 en la red social, ha alcanzado hasta hoy (2 de junio de 2016) más de 1.1 millones de compartidos.
En otro mensaje publicado el 31 de mayo de 2016, O’Donoughue agradeció a las personas que le han brindado su apoyo e hizo un llamado a honrar la memoria de Harambe dejando de lado el resentimiento e intentando hacer una diferencia en la vida de las distintas especies.
Los gorilas son la especie de primates más grandes del planeta. Miden entre 1,65 y 1,75 metros de altura y su peso promedio es de 140 a 200 kilogramos. Su ADN tiene una similitud con el ser humano entre un 97 a 98%. Son hervíboros; es decir, se alimentan únicamente de productos de origen vegetal como frutas y hojas. Por tanto, no está dentro de la naturaleza de estos animales matar a una presa. En la única situación en que están dispuestos a atacar es cuando otros gorilas intentan ingresar en su territorio o cuando, por alguna otra razón, su vida se ve amenazada.
Prueba del comportamiento pacífico inherente de los gorilas es una situación muy similar al caso del zoológico de Cincinnati, pero ocurrido en el año 1996. En ese entonces, un niño de tres años ingresó en la jaula de una gorila en el estado de Illinois (EE.UU.).
El menor cayó al recinto del animal, llamada Binti Jua, desde una altura de alrededor de seis metros. La reacción de la gorila fue acercarse al pequeño y tomarlo en brazos, para posteriormente entregarlo con suma cautela a los cuidadores del zoológico.
Video: YouTube, cuenta: Funny.com.pk
Pese a este antecedente, resulta sumamente difícil entender la decisión de las autoridades del zoológico de Cincinnati. En aquel momento, no podían ponerse a pensar sobre la posible reacción del primate y la respuesta más rápida fue el triste resultado de aquella jornada: matar al gorila.
placeholder