Hoy, 28 de enero de 2016, Barbie anunció que su próxima colección de muñecas será más diversa. Foto: Facebook/ Barbie.

Hoy, 28 de enero de 2016, Barbie anunció que su próxima colección de muñecas será más diversa. Foto: Facebook/ Barbie.

La Barbie ‘one size’ no va más

Hoy, 28 de enero de 2016, Barbie anunció que su próxima colección de muñecas será más diversa. Foto: Facebook/ Barbie.

‘Tener cuerpo de Barbie’ dejó de ser una referencia unívoca. Mattel, la casa que ha producido a la muñeca, presentó hoy –jueves, 28 de enero de 2016- la nueva colección de la marca, una más inclusiva y diversa. Barbie ahora también es más alta o más pequeña o más gorda, con nuevos tonos de piel y más texturas de cabello, y así marca un hito en sus 57 años de existencia y mercadeo.

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Posted by Barbie on Thursday, January 28, 2016

Cuánto de inclusión hay en esto, cuánto de corrección política, cuánto de negocio, cuánto del reflejo de la sociedad actual. Entre un marketing ansioso de nuevos públicos, una necesidad constante de actualización y la apertura hacia la diversidad, la fluidez y otros modelos de belleza, todas esas preguntas caben; pues si hay gustos para una receta original o una receta crispy, también habrá preferencias por la Barbie –“el cuerpo más infame del mundo” (TIME, dixit)- en su versión Original, Curvy, Tall o Petite… ¡ojo! también en ello hay una clasificación.

Ya en los tiempos que corren se han visto avanzadas similares en otros espacios de la cultura pop, de la sociedad de consumo y del espectáculo. Una de ellas es la mutación –más real que fantástica- que experimentaron algunos superhéroes: el Spiderman mulato; el Capitán América, afro; la Miss Marvel musulmana; Thor en cuerpo de mujer o Flecha Verde declarando su homosexualidad. Y en cuanto a la figura femenina está lo propuesto por el calendario Pirelli 2016: mujeres con éxito en diferentes áreas y con corporeidades diversas.

Ciertamente es una movida arriesgada de Mattel, Barbie no es solamente un juguete, es un icono, un polémico símbolo global. Pero -empresa como es- no habrá dejado por fuera una estrategia mercadotécnica. Se aprovechará esta variedad de figuras para lanzar una cantidad de vestidos y accesorios que podrían derivarse de la incidencia de estos modelos de belleza, de los matices étnicos y de la variedad social que se simula en tales juguetes.

Siete tonos de piel, 22 colores de ojos, 24 estilos de cabello se suman a las 180 carreras que Barbie ha ostentado y tal multiplicación es más que amplia para hacerse de un lugar en los escaparates.

Un lugar ansiado por la firma que la produce, la cual vio caer las ventas de la muñeca en un 20%, entre 2012 y 2014. Si bien esa reducción en el mercado podría deberse a la invasión de juguetes electrónicos y digitales, se llegó a tal punto que la réplica de la princesa Elsa de ‘Frozen’ la superó en popularidad.

Aunque esta princesa Disney también se representa en una figura modélica, lo que atrae de ella es la historia que tiene detrás: una personalidad autónoma, con mayor libertad (¿alguien ha olvidado el coro de ‘Let it Go’?), sin la necesidad de un príncipe azul y más bien expresiva de una estrecha relación de hermandad… una feminidad, más o menos, alternativa.

Video: YouTube, cuenta: Disney UK

Ese ha sido justamente el punto de conflicto con respecto a Barbie, quien, a pesar de mostrarse como astronauta, médico, alta ejecutiva, etc., no consiguió deshacerse del estereotipo que le precedía por su cuerpo de cintura de avispa y, así, se esfumaba la intentona de reflejar a la mujer de la segunda mitad del siglo XX .

Además no faltaron voces críticas que analizaban a la muñeca y su impacto sobre las niñas, como el inicio de un adoctrinamiento sobre qué se espera de una mujer en una sociedad aferradamente machista y patriarcal: Barbie era acusada de promover la idea de que ser bonita es más importante que ser inteligente.

Ahora, esa crisis de identidad de la muñeca más popular de la historia dio paso a esta apuesta por la diversidad expresada en juguetes (también representación del mundo en que vivimos). Además, lo hace en medio de una época donde se han vivenciado las desastrosas consecuencias del ‘bullying’ en la infancia y la adolescencia, años donde la Barbie prefiguraba un problemático ideal.

Asimismo, los millennial y sus posteriores se han abierto a un mayor tránsito de diferencias y ‘otredades’. La expresión más superficial de ello es la preferencia por celebridades voluptuosas, a lo Kim Kardashian, o por figuras de TV con propuestas más enfocadas, tipo Lena Dunham (‘Girls’); u otras expresiones como la multiplicación de identidades de género y la ruptura del modelo único de familia, entres otras muestras.

¿Será que con esta nueva colección se concreta una promoción de la aceptación del cuerpo? ¿Será que Barbie, finalmente, es un juguete de empoderamiento? Y, al tratarse de un ícono pop cultural, acaso se apelará a la adaptación del imaginario para que, cuando se escuche el nombre de Barbie, la reacción sea ¿cuál de ellas? y no prime la delgada rubia de siempre…