Un asteroide, de aproximadamente 1,4 kilómetros de largo, pasó a 1,8 kilómetros de la tierra. Foto: Pixabay
En mayo de 2014, astrónomos del Catalina Sky Survey, un proyecto diseñado para observar objetos que se acercarán a la Tierra, divisó un asteroide con gran potencial de aproximación. Pasaron tres años y este 19 de abril del 2017, el 2014 JO25 atravesó el planeta a la distancia más cercana de la década, a 1,8 millones de kilómetros, 4,6 veces la distancia entre la Tierra y la Luna.
El asteroide en cuestión llamó la atención, además de por su cercanía, por sus enormes dimensiones. Tiene 650 metros de diámetro y mide 1,4 kilómetros. Los objetos espaciales son de dos tipos: rocosos -formados por silicatos– y ferrosos, con alto contenido de hierro, aunque también puede haber una composición mixta. “El 2014 JO25 parece ser rocoso, aunque posiblemente en su interior albergue también metales. Por ahora se sabe muy poco más acerca de sus propiedades físicas, a pesar de que su trayectoria es bien conocida”, describió el doctor Gustavo Romero, investigador superior del CONICET y profesor titular de Astrofísica Relativista en la UNLP.
El 2014 JO25 hoy se convertirá en el asteroide de viaje más cercano a la Tierra en la última década. De hecho, la NASA lo catalogó como “posiblemente peligroso” y la denominación encendió las alarmas; pero ¿qué quiere decir tal calificación?
“En astronomía se denomina ‘asteroide potencialmente peligroso’ a los objetos próximos a la Tierra (tanto cometas como asteroides) cuya distancia mínima de intersección orbital con la terrestre es de 0,05 unidades astronómicas. O sea, que pasan a menos del 5% de la distancia que separa la Tierra del Sol“, explicó Romero. “Sin embargo, los 1,8 millones de kilómetros no representan un peligro para la Tierra”, enfatizó.
En este caso, el riesgo de colisión con la Tierra es inexistente. De cualquier modo, es un fenómeno recurrente. “Meteoroides colisionan permanentemente con la Tierra. Los más pequeños no llegan a la superficie porque se incineran en la atmósfera por fricción. Los más grandes y, en especial, los ferrosos llegan a la superficie como meteoritos”, señaló el especialista.
A lo largo de la historia, hubo múltiples colisiones y, según Romero, las habrá en el futuro. “La extinción masiva del Cretácico–Paleógeno fue probablemente debida al impacto de un asteroide, así como la extinción gigante del Pérmico que mató a más del 90% de las especies y seres vivos. Los impactos que producen destrucción masiva son raros, ocurren cada varios millones de años aproximadamente”, puntualizó.