¡Yasuní!

Riqueza inigualable, por su gran biodiversidad, única en el mundo, generadora de gran cantidad de oxígeno, para la existencia humana, animal, vegetal, balance y equilibrio natural. De ser explotado el Yasuní se destruiría todo este valor intangible. No esperemos la destrucción para arrepentirnos. Ya se ha explotado maderas, minerales, pesca, flores, vegetales y la pobreza sigue. Veamos y aprendamos de Venezuela, mucho petróleo y no hay qué comer.

Dejemos las ambiciones, el egoísmo. Vienen nuevas generaciones con múltiples necesidades que tienen todo el derecho de disfrutar y conocer las pocas riquezas naturales que quedan. No es justo que explotemos todo y dejemos una herencia dolorosa. Pido como muchos otros ecuatorianos que se conserve este tesoro nacional para futuras generaciones.  

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