Daniela Mena
Ante los últimos acontecimientos que no hacen sino confirmar los vaticinios de agitación política causados no por amenaza golpista, sino por las propias declaraciones gubernamentales de echar abajo una iniciativa importante como la de Yasuní-ITT, felicito a quienes, con actitud valiente, han renunciado a sus importantes cargos en defensa de principios, de vocación y mística de trabajo en beneficio no solo del país, sino del futuro de la humanidad.
Fander Falconí, Yolanda Kakabadse y Francisco Carrión, son nombres que encabezan la lista de personas que vuelven a su quehacer diario en donde su esfuerzo personal seguramente les dará un mejor pago que el de trabajar por reivindicar la imagen de un país denigrado por su pésimo historial político, que sigue dando señales de querer quedarse en este deshonroso sitial en vez de ser pioneros en el diseño, implementación, ejecución y monitoreo de proyectos de gran impacto que reflejen un compromiso ético, maduro y libre de influencias e intereses.