Redacción Construir
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Para las personas con algún tipo de discapacidad, los problemas no acaban al cruzar las puertas de sus casas. Es más, los hogares pueden ser igual o más agresivos que el exterior, dependiendo del tipo de discapacidad (motriz, óptica o auditiva).
En baños y cocinas
En la cocina es aconsejable que todos los electrodomésticos estén a una altura adecuada y sean de fácil apertura. La encimera debe situarse a una altura de 68 cm, con la parte inferior hueca y libre para que la silla pueda situarse dentro y moverse con total libertad.
En el baño, son de ley las barras de apoyo que se colocan en el inodoro y en la bañera o ducha para dar estabilidad. En el inodoro, la barra se coloca en los laterales, de manera que las personas se puedan sujetar al sentarse y levantarse. En la ducha se instalan en la pared para agarrarse durante el baño.La gran mayoría de edificaciones, explica el arquitecto Ramiro Soasti, no contempla equipamientos para facilitar la vida de estas personas. “Obviamente, la adecuación de las viviendas facilitaría una estancia cómoda, segura e independiente, que redundaría en una mejora de su calidad de vida”.
¿Qué hacer para mejorar la cotidianidad de estos seres humanos? Existen algunas normas generales, explica el arquitecto Byron Salazar.
La anchura libre mínima de cualquier circulación de la vivienda para que pueda pasar una silla de ruedas debe ser de 0,80 metros. La de los pasillos debe ser, al menos de 1,10 m. Para maniobrar con facilidad y realizar un giro completo con la silla de ruedas se necesita un diámetro mínimo de 1,50 m.
Las puertas y ventanas se deben abrir con una sola mano. La opción más cómoda y segura son las correderas. Y los pestillos de la puertas deben abrirse desde afuera igual que desde adentro, afirma Salazar.
Es preferible que en los cuartos de baño y duchas las puertas se abran hacia el exterior para que puedan ser desmontadas desde fuera en caso de una emergencia, explica Soasti.
Los pisos son fundamentales, avanza Salazar. Estos deben ser lisos, antideslizantes y sin elementos que sobresalgan.
Evite el uso de alfombras, pues pueden propiciar resbalones y tropiezos y son un obstáculo para quienes se desplazan en silla de ruedas.
Pero si hay un invidente en casa, estos tipos de suelo (baldosas, alfombra, piso flotante) deben poseer claves táctiles para moverse de un sitio a otro.
Para la ubicación de los interruptores tenga en cuenta que sentado en una silla de ruedas, los ojos quedan a una altura de entre 1,10 y 1,30 m. Entonces, colóquelos a esa altura. Elija un modelo que lleve un marco luminoso, lectura en braille u otro sistema que permita su localización. Si algún miembro de la casa sufre problemas auditivos, en cambio, se deben reemplazar con otras sensoriales. La opción más sencilla es instalar una luz intermitente conectada al timbre de la puerta, al teléfono o al reloj automático.