Gonzalo Ruiz Álvarez. Especial para EL COMERCIO
José Ignacio Uceda Leal, de Madrid, lanceó bien a la verónica y remató con media al primero, de Peñas Blancas. Buen par de banderillas de Javier Pacha, El Patatas.
En el último tercio fue suave el inicio de faena. Con muletazos por alto, antes de que el madrileño engarzara dos buenas series en redondos de clasicismo y buen corte después de las cuales el toro manifestó su afán de huir.
Continúa Uceda con dos molinetes y una tanda de naturales muy lucida, cerrada con el forzado de pecho. Al intentar otra vez con la mano izquierda el toro vuelve a rajarse. Dos naturales más y un afarolado.
Con la derecha, otra vez consigue tres muletazos templados en las tablas, para matar de estocada que hace guardia y otra caída. Saludos desde el tercio.
Al cuarto, de Santa Coloma, que acudió con poder a la cabalgadura, lo picó con fuerza Braulio Almeida. El toro, que miraba y se mostraba molesto, se paró. Uceda Leal lo mató de un estoconazo. Antonio Barrera, de Sevilla, volvió tras su discreta actuación del año pasado, pero esta vez pisando firme y con gran disposición.
Recibió al segundo de la tarde, del hierro titular, por verónicas y una media. En varas, el astado recibió pitos por embestir con la cara alta. Pasó bien Hernán Torres con los palos y el sevillano se fue de rodillas para poner los pelos de punta a los aficionados, que advertían el peligro.
Las tres series de Antonio Barrera con la mano derecha y con la muleta tapando los muslos rezumaban a cada pase valor y oficio, ante un toro que quería coger.
Al natural afloró otra vez la firmeza antes de insistir por el pitón derecho con un toro cada vez con más resabios y sentido. Mató de estocada desprendida y el público pidió una oreja. El Palco consideró que el número de pañuelos era insuficiente y todo quedó en una aplaudida vuelta al anillo.
Ya apretó el quinto de Santa Coloma en el toreo de capa a Antonio Barrera. Se agarró al caballo Cristóbal Guerra y en banderillas el comportamiento de la res imponía respeto a las cuadrillas. Se masticaba el miedo.
Entonces, con la muleta roja vino el gesto supremo de valor y profesionalismo. Estupenda serie de derechazos seguida de otra de tres pases de ese corte, interrumpidos porque el toro rebañaba y quería herir. A sabiendas del riesgo existente por ese pitón Barrera probó con la mano zurda y, nada más citar, el marrajo se arrancó al cuerpo y lo desarmó.
La pelea entre la inteligencia y el salvaje instinto se libraba a pecho descubierto y la cornada amenazaba en cada pase. Tras una estocada tendida Antonio Barrera dio una vuelta al ruedo. Poco premio para dos episodios de entrega espartana.
Gazapón y mirón era el tercero de Santa Coloma que se defendía ni bien el quiteño Martín Campuzano se abrió de capa en medio del fuerte viento. El toro se acostó en el caballo y salió suelto. Brillante par de Milton Calahorrano y Carlos Cortez, ‘Hacha’, bien.
Martín se dobló toreramente hasta que el toro tiró un pitonazo arriba. Entre el viento y las malas condiciones de la res no estaba el asunto para confiarse y el torero acusó poco rodaje. Mató de media estocada.
Salió Campuzano muy dispuesto a recibir por verónicas entre el aplauso popular. Al rematar los lances con media verónica y revolera el toro se dañó la pata y el Presidente de Plaza, con buen criterio, cambió el toro pues a esas alturas el espectáculo no iba bien.
El sexto bis era de Peñas Blancas, de nombre Escándalo, y era un burraco bien armado, con 480 kilos y mucha plaza. Entusiasmo del público en el saludo del torero ecuatoriano con una larga cambiada seguida de verónicas y revolera. Buen puyazo de Braulio y un quite en medio del viento por gaoneras muy jaleadas por la parroquia. Muy bien en banderillas Gabriel Caza y ‘Hacha’.
Pese al viento se fue Martín con gran entusiasmo a tratar de hacer faena al buen toro y recibió una triple voltereta muy aparatosa. Dio naturales en la querencia, pinchó y recetó un estocadón que derribó sin puntilla.