Han atravesado crisis económicas, ‘paquetazos’, devaluaciones, restricciones e inestabilidad política, pero continúan en pie y trabajando luego de 35 años de constituidas.
El año de 1979 -cuando el país volvió a tener un presidente elegido en las urnas luego de siete años de dictadura- marcó el inicio de la actividad de 1 379 empresas en el Ecuador.
Sin embargo, solo 199 firmas sobrevivieron y permanecen activas hasta ahora, según los archivos de la Superintendencia de Compañías.
Entre todas registran un capital suscrito de USD 101,4 millones y el 82% está ubicado en Quito, Guayaquil y Cuenca.
La mayoría de ellas se desenvuelve en actividades inmobiliarias, comerciales, manufacturas y de agricultura, ganadería y pesca.
De este grupo forma parte Chova del Ecuador (Imptek), que se inició de la mano de los inversionistas españoles Juan Vich y Eduardo Chova, quienes buscaban instalar una planta de membranas asfálticas para sistemas de impermeabilización.
El gerente de Imptek, Javier Pozo, cuenta que tres motivos influyeron a los inversionistas para escoger al país.
Primero, Ecuador se había transformado en los años 70 y había pasado de nación agroexportadora a país petrolero con mayor poder adquisitivo.
Adicionalmente, su situación geográfica le permitía ser el centro de distribución para la región andina y Panamá. Y, finalmente, no eran populares en Ecuador los productos de impermeabilización a base de asfalto pese a la pluviosidad.
Así, Chova del Ecuador se constituyó con un capital inicial de dos millones de sucres (USD 80 000 de la época) y levantó su planta en Sangolquí, la cual continúa en pie.
Pozo reconoce que aunque los primeros años fueron difíciles por problemas de calidad de los productos, poco a poco la marca se fue afianzando y el negocio se diversificó hasta llegar a exportar a destinos como Guatemala, Chile y Perú. En 1998 la empresa pasó a inversionistas ecuatorianos encabezados por Ramiro Sotomayor.
El gerente de Libresa, Fausto Coba, muestra la colección Antares, el principal producto de la editorial que nació en 1979. Foto: Archivo El Comercio
Pozo destaca que si bien mantener a la compañía ha sido difícil por la inestabilidad política y las continuas crisis económicas, los colaboradores han encontrado espacios para crear nuevas estrategias y permanecer vigentes en el mercado ecuatoriano.
Otra de las empresas que nació en 1979 y que continúa en el mercado es Kao Sport Center. La firma fue establecida por los esposos Eli Kao y Lynn Kao, quienes emigraron desde Taiwán para trabajar en Ecuador, que aparecía en el mapa económico mundial como una nueva nación petrolera.
Ya en Quito, los esposos abrieron el primer local con la marca Importaciones Kao, en las Torres de Almagro, donde comenzaron a vender juguetes y artículos para el hogar, cuenta Adrián Kao, hijo de la pareja y actual gerente de Producto.
A finales de los años 80, el negocio dio un giro definitivo hacia los implementos deportivos tras importar por primera vez al país las bicicletas BMX Primaxi. Kao cuenta que la idea siempre fue traer al Ecuador algo que fuera distinto y especial para el mercado.
En 1994 cambió el nombre de la empresa a Kao Sport Center y actualmente tienen 21 locales en cinco ciudades del país.
Adrián Kao cuenta que en las últimas décadas el país ha tenido una mayor apertura hacia el mundo y esto ha impulsado el crecimiento de su economía. Advierte que ello debe mantenerse en el futuro.
En este 2014, la editorial Libresa también cumple 35 años de vida. Francisco Coba, gerente de la compañía, indicó que la firma nació por la necesidad de rescatar las obras de escritores ecuatorianos.
Una de sus principales colecciones ha sido Antares, cuyo objetivo es ofrecer estas obras al sistema educativo. A través de esta colección se han publicado más de 1 000 títulos con un tiraje de hasta 100 000 ejemplares por cada uno.
A lo largo de su historia, la editorial Libresa ha consolidado un mercado interno y ha exportado libros a Colombia, México y Argentina.
La empresa de Telecomunicaciones Iseyco también se constituyó en 1979, principalmente para proveer a bancos y grandes industrias y comercios de equipos de información en línea que para la época eran nuevos y costosos.
El vicepresidente de la compañía, Luis Terán, explica que la perseverancia en el trabajo,la confianza de los clientes, la adaptación a nuevas tecnologías y la creación de estrategias les han permitido superar momentos de incertidumbre económica como las devaluaciones, la crisis bancaria, etc.