Avanza fue a Zumbahua, en abril, para anunciar su secretaría de Asuntos Indígenas. Foto: EL COMERCIO
El mismo presidente Rafael Correa llegó al poder, en 2007, de la mano del movimiento indígena. También lo hizo Lucio Gutiérrez. Y, aunque tras nueve años de Revolución Ciudadana este sector se ha fraccionado, todas las tiendas políticas buscan su respaldo.
Más aún cuando Pachakutik, el único brazo político indígena, está divido en dos grandes tendencias. Los que quieren ampliar el abanico de alianzas electorales y los que no, sin contar la rama de Chimborazo, que es afín al Gobierno.
Además, el cambio de la Coordinación Nacional, ahora dirigida por Marlon Santi, intriga a las agrupaciones tanto de derecha como de izquierda, que pretendían tener algún tipo de acuerdo con la anterior administración, de Fanny Campos.
Además, ya existen dos precandidatos internos de Pachakutik para las elecciones presidenciales: Lourdes Tibán, por Cotopaxi, y Salvador Quishpe, por Zamora. Ambos están dispuestos a considerar alianzas políticas más amplias, que otras alas, como la de Carlos Pérez, de la Ecuarunari. Pero habrá que esperar para ver el rumbo que toma Santi.
Y precisamente ayer, la dirigencia indígena se reunió en Quito para consolidar su propuesta de plan de gobierno.
La votación indígena siempre ha interesado a las demás agrupaciones. Basta con recordar la posesión simbólica del presidente Correa en Zumbahua, en el 2007. Aunque ese bastón le fue retirado el 2011 por la Conaie.
Justamente, Ramiro González, líder de Avanza, quiso capitalizar el simbolismo de la parroquia, el 9 de abril. Y advirtió que se acerca una alianza con una organización de indígenas evangélicos. Y Fuerza Ecuador, anterior PRE, también llegó a su convención nacional, en abril, con una delegación de indígenas de Cotopaxi, según Dalo Bucaram, para demostrar su respaldo entre los indígenas.
Romelio Gualán, dirigente indígena de la Coordinadora Campesina Eloy Alfaro, sostiene que la votación indígena se ha dispersado últimamente, “se diluye en los partidos”, y acepta su debilitamiento.
La población indígena, según el censo del 2010, ascendía a
1 018 176 personas, el 6,1% de la población actual (16 millones). Pero esta cifra no representa la realidad para los dirigentes.
Franklin Columba, de Fenocin, lamenta que no todos se identifiquen como indígenas y recuerda que en el censo se pide una autoidentificación étnica.
Manuel Chugchilán, de la Feine, dice que pese a todo, el sector indígena ha participado muy activamente en política. Ahora cuentan con autoridades, desde las juntas parroquiales hasta las alcaldías, prefecturas y Legislatura.
Además de la Conaie y de Pachakutik, las otras organizaciones indígenas también analizan o lanzan propuestas y buscan acercamientos.
La Feine tiene filiales en las tres regiones, 15 organizaciones activas, más de 2 500 iglesias y 700 pastores. Y, aunque no tienen un movimiento político, Chugchilán cuenta que sí hay un acuerdo firmado con SUMA, liderada por el alcalde de Quito, Mauricio Rodas. Explica que eso no se ha ratificado ni terminado. Pero conversarán con todos los sectores.
La Coordinadora Campesina conformó, el 26 de febrero, su frente social y político nacional, con unas 40 organizaciones. El propósito es evaluar las políticas públicas, especialmente las agrarias, para tener una agenda programática que presentar a todos los partidos y movimientos. Pero su único candidato será el exvicepresidente Lenín Moreno.
La Fenocín es una organización fuerte, dice Columba, abarca 57 uniones y federaciones y más de 1 300 organizaciones de primero y segundo grados. Aunque han sido afines al Gobierno, señala que su principal interés es apoyar a quien priorice la Reforma Agraria y la soberanía alimentaria.
Columba se ratifica en la defensa de un proyecto político “histórico”, no del “correísmo”. Pero dice que están seguros que la derecha ya ha demostrado que no cumple sus ofrecimientos.
Auki Tituaña, líder del movimiento nacional Humanista Gente, que busca conseguir la personería jurídica, respalda el argumento del diálogo, sin encerrarse en los casilleros de izquierda y derecha.
Reconoce que no lograrán la inscripción para terciar en el 2017, pero la dejarán para después. Los dirigentes de su agrupación quieren participar y se enfocarán en buscar alianzas.Y aunque formaron parte en un principio de Compromiso Ecuador, y Tituaña intentó en el 2013 ser binomio de Guillermo Lasso, líder de Creo, agrega que sus puertas están abiertas.
Además, Tituaña concuerda en que los datos censales no son reales. El movimiento indígena, sus pueblos y comunidades en
las provincias son un sector que se debe tener en cuenta, advierte, si se lograse una cohesión de todos, contribuiría a un triunfo de algún binomio.
En contexto
El movimiento indígena, al igual que otros sectores sociales como maestros, transportistas y médicos, se han dividido durante este Gobierno. Además, el único brazo político indígena, Pachakutik, se debate entre las posibles alianzas electorales para el 2017.