La venezolana María Llinas labora como recepcionista en un edificio de oficinas en Quito. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO
Sea en el sector privado o en el público, los extranjeros que quieren laborar en Ecuador deben cumplir con diferentes requisitos para desarrollar sus actividades legalmente.
En el 2016 ingresaron al país 1,4 millones de extranjeros, según el Instituto Nacional del Estadística y Censos (INEC). De estos, por ejemplo, el 3% vino por residencia, el 69% por turismo y el restante por otros motivos como negocios, eventos, estudios, etc.
Para aquellos que vinieron para trabajar, el visado es clave. Cancillería extiende dos documentos diferentes, dependiendo de si los extranjeros que quieren laborar son residentes temporales o inmigrantes (que desean vivir en el país de manera definitiva).
Dependiendo del tipo de empleados se establece una serie de requisitos que puede incluir contrato de trabajo, información sobre las empresas, etc. La información completa consta en el sitio web de la Cancillería en link sobre visas, dentro del segmento de servicios.
La ciudadana venezolana Mara Llinas es profesional en el área de recursos humanos. Arribó a Ecuador en diciembre del 2015 y al poco tiempo gestionó su visa profesional.
Actualmente, trabaja repartiendo un periódico y como recepcionista en un edificio de oficinas en el norte de Quito. Labora a tiempo parcial y recibe todos los beneficios laborales dentro de la Ley.
Además, en ambos está afiliada al Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS).
Los inmigrantes que laboran en el país tienen derecho a todos los beneficios que un nacional. Iván Nolivos, abogado, explicó que entre los derechos están el aseguramiento, el pago de acuerdo a las horas de trabajo, décimos, fondos de reserva, horas extras, vacaciones, utilidades, entre otros.
Pero la Asociación Civil de Venezolanos en Ecuador asegura que entre las empresas hay desconocimiento con relación a los derechos laborales de inmigrantes.
En dos años esta agrupación, que da asesoría laboral y migratoria a personas de diferentes países, ha atendido más de 100 casos de extranjeros con quejas sobre trabajo sin paga por más de las horas dispuestas por Ley, falta de aseguramiento, labor sin contrato, etc.
El Ministerio de Trabajo establece que en el sector privado es necesario que el empleador y la persona extranjera firmen un contrato. Sin embargo, no es necesario que se lo registre y legalice en la entidad.
Además, la empresa debe exigir el visado y dar el aviso de entrada al IESS . El extranjero debe ser afiliado aun cuando no tenga cédula de identidad y, para ello, el trabajador debe obtener un código de afiliación en el Seguro Social.
Según datos del IESS, a junio del 2017 estaban asegurados
51 458 extranjeros; esto es, 3 654 más que en el 2015. Del total de afiliados hasta junio, el 65% correspondió a ciudadanos de tres países: Colombia, Venezuela y Cuba.
En la empresa productora de alimentos Incremar labora una ciudadana colombiana y una venezolana. Santiago Martínez, director de investigación y desarrollo de la firma, asegura que cumplen con toda la normativa laboral.
Los procesos de contratación de foráneos en esta empresa son iguales que para los ecuatorianos, pero se exige estatus migratorio legal. Cumplen con la norma de no exigir ninguna autorización laboral por estar en el sector privado.
Este sí es un requisito al entrar a trabajar en el área pública. El Ministerio de Trabajo emitió un instructivo en el que, entre otros puntos, se determina que el empleado extranjero debe presentar una solicitud de permiso, a la que puede acceder en la web de esa cartera de Estado.
También deben presentar copia del pasaporte, del visado vigente y de la cédula. Extranjeros consultados por este Diario consideran que hallar un trabajo en el país puede tomar semanas o meses. Otros emprenden negocios.
El peruano Luis Sánchez tiene un restaurante. Ha dado trabajo a ciudadanos de su país, chinos, colombianos y, ahora, a un cubano. Para él, la situación de los extranjeros ha mejorado. Busca dar un trato no discriminatorio a su personal.
Pero, según un estudio del Centro de Estudios de la Política Laboral, aún hacen falta ajustes. Un registro de los trabajadores extranjeros, por ejemplo, permitiría evitar abusos de empleadores.