Victoria de partido BNP de extrema derecha conmociona a Gran Bretaña

Londres, AFP

El partido de extrema derecha BNP causó conmoción en el Reino Unido al obtener el domingo sus dos primeros eurodiputados, victoria lograda por su líder Nick Griffin, diplomado de Cambridge que logró moderar un poco la imagen “racista” del movimiento eurófobo.
 
“Es un avance histórico. Un gran momento para la democracia”. Con el traje y la corbata impecables como siempre, Nick Griffin, cincuentón tuerto, buscó darse aires de dirigente respetable al conocer la victoria de su partido
 
El BNP (British National Party) , que sólo era un grupúsculo en los años 80, enviará dos diputados al Parlamento Europeo: Nick Griffin, por el noroeste, y Andrew Brons, que logró su escaño por Yorkshire y Humber (norte) .
 
La victoria del BNP provocó furia contenida en casi toda la clase política.
 
“Es horrible”, reaccionó el lunes la número dos del Partido Laborista, en el poder. “Es decepcionante... Es gente espantosa”, dijo el líder de la oposición conservadora, David Cameron.
  
“Es un partido de pillos y fascistas”, agregó Nick Clegg, jefe de los liberales demócratas, tercera fuerza parlamentaria británica.
 
Los politólogos subrayan que el éxito del BNP no fue debido tanto al progreso del electorado, sino al derrumbe del Partido Laborista, en particular en los bastiones obreros tradicionales de la extrema derecha.
 
En mayo de 2008, el BNP hizo elegir a su primer consejero municipal, en Londres. El jueves, en las elecciones locales, realizadas el mismo día que las europeas, logró tres escaños regionales, los primeros en este tipo de elección.
 
El partido sigue ausente del Parlamento - sólo logró 0,7% en las últimas legislativas de 2005. Pero promete lograr diputados tras el impulso recibido en estos comicios.
 
Los expertos atribuyen el avance al nuevo tono logrado por el BNP bajo el dominio de Nick Griffin, hijo de un consejero conservador que tomó el liderazgo del partido en 1999, tras militar antes en el muy extremista National Front.
 
Copiando la modernización de la extrema derecha francesa, encabezada por Jean-Marie Le Pen, o de la austriaca de Jörg Haider, Griffin trató de lograr que su partido se comportara bien, limando su tortuoso comienzo en 1989.
 
En ese año el BNP conoció sus primeras horas de gloria con una manifestación que reclamaba “derechos para los blancos” tras los disturbios raciales en Dewsbury, ciudad industrial del norte de Inglaterra.
 
Sus detractores consideran que sólo se trata de una limpieza de fachada y destacan que Griffin calificó en el pasado el Holocausto de “propaganda”, declaración que después él enmendó.
 
En 2006, fue declarado inocente tras procesos por declaraciones donde calificó al islam de “religión viciosa e inmoral”.

En el marco político, el BNP aboga por el retiro de Gran Betraña de la UE, lo que lo acerca del Ukip, gran vencendor de las europeas, que obtuvo el segundo lugar detrás de los conservadores y frente al Labour.
 
El BNP quiere también prohibir “la promoción” de la homosexualidad, calificada de “no natural” por su portavoz, e “invertir la tendencia de la ola de inmigración no blanca”.
 
La formación prohibió el carnet de miembro a personas que no pertenezcan a  “grupos étnicos británicos indígenas derivados de la clase +Indígenas caucásicos+”, según sus estatutos.
 
“No somos un partido racista”, dijo sin embargo Griffin, poco después del éxito en las europeas.

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