Un bus intercantonal que cubría la ruta Quito-Cayambe se accidentó en Oyacoto. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO
La primera vez que consiguió empleo fue a sus 12 años. Lo hizo para ayudar a su madre a mantener a sus seis hermanos. Él era el mayor, el hombre de la casa. Cuando José Luis habla sobre la vida de Andrés M., su hermano, lo hace con orgullo. Repite insistentemente que era un hombre responsable y trabajador. “Murió haciendo lo que tanto le gustaba: trabajar”.
Andrés M. es una de las tres víctimas del accidente ocurrido la noche del martes 12 de mayo del 2015 en el kilómetro 3 de la Panamericana Norte, a la altura de Oyacoto, cuando un bus de la cooperativa Flor del Valle que cubría la ruta Quito-Cayambe se volcó. El incidente dejó, además de los tres fallecidos, 46 pasajeros heridos. El joven era el ayudante de cabina del bus.
José Luis fue el último de sus hermanos en verlo con vida. La tarde de ayer llevó a Andrés M. a la Terminal de La Ofelia, en el norte de Quito, y lo vio subirse a la unidad de la empresa de transporte, donde laboraba como controlador desde hace cinco meses. “Le dije que se asome en la noche, porque a veces se quedaba a dormir en mi casa”.
La víctima vivía en Zigzal, un barrio de Cayambe, pero su esposa y sus tres hijos, de 17, 14 y 8 años, viven en Monterrey (Costa ecuatoriana). Él trabajaba a veces 30 días seguidos para poder ir a visitarlos y quedarse con ellos al menos media semana.
Su hermano relata que siempre le escuchaba hablar sobre su intención de remodelar una casa que tenía en Manabí, para vivir con sus hijos. Para ello, se vio obligado a trabajar en una ciudad lejana. En Cayambe, donde sus padres y hermanos viven desde hace 10 años, rentó un cuarto pequeño. Tenía una cocina, una cama, un televisor y un baño.
José Luis comenta que usualmente el dueño del bus era quien conducía, pero esa noche, la mamá del dueño estaba de cumpleaños, por lo que el hombre mandó un reemplazo, asegura. “Al parecer, la persona que manejaba no tenía licencia profesional. Era inexperto”, dice este miércoles 13 de mayo, en el patio del Departamento Médico de Legal de Quito, a donde fue llevado el cadáver de la víctima.
A las 21:00 de ayer, cuenta, recibí una llamada y me informaron sobre el accidente, pero no pensé que era tan grave. Cuando llegué vi el cuerpo de mi hermano destrozado, le faltaba una pierna.
En los alrededores del Departamento de Medicina Legal solo había, al mediodía de hoy, tres familiares. Pero en la madrugada acudieron hasta esa morgue casi todos los miembros de su familia y amistades. Permanecieron allí por una hora, pero al ver que nada se podía hacer, regresaron a Cayambe, a preparar el funeral.
Durante su vida Andrés tuvo muchos oficios: trabajó en una bananera y en plantaciones, en fábricas… En su último trabajo, ganaba USD 20 por día. No tenía un horario determinado, todo dependía de la frecuencia de la unidad y de los recorridos.
Su cuerpo será trasladado a Cayambe, donde será velado hasta la medianoche de hoy, luego será llevado a Monterrey. Nadie sabe dónde está el conductor, los familiares dicen que huyó.