Con la apertura del viaducto de la 24 de Mayo, que permaneció cerrado por más de un año y congestionó la movilidad en el Centro de Quito, los conductores y usuarios de buses deben acostumbrarse al nuevo movimiento en la zona.
A partir de las 06:00 del lunes, 18 de junio del 2018, cuando se abrió el paso vehicular, pocos automóviles lo aprovecharon. En cinco minutos, 10 vehículos lo usaron y lograron pasar del occidente al oriente del centro en menos de tres minutos, mientras que durante el cierre, les tomaba más de 10.
Por el viaducto, antes de la restricción, circulaban cerca de 30 000 vehículos y dos líneas de buses: la ruta Planada-La Marín, de la Cooperativa Rapitrans, y La Tola-San Roque, del Corredor Sur Occidental. El lunes, ambas retomaron sus antiguos recorridos.
Wilson Revelo es conductor de una unidad de la Cooperativa Rapitrans. A las 07:00 del 18 de junio pasó por el viaducto hacia La Marín y contó que, pese a ser hora pico, no hubo mayor circulación de vehículos.
El problema, según Revelo, fue la falta de información. Hubo gente que esperó el recorrido en la ruta anterior. Luego del cierre, las unidades de Rapitrans atravesaban el Centro, por la calle Mejía. Quienes se transportaban en esta ruta ayer esperaban un bus en esa vía.
Durante la mañana, según Javier Laso, coordinador de Operaciones de la Agencia Metropolitana de Tránsito (AMT), los agentes civiles ubicados en ese sector tuvieron que redireccionar a los pasajeros para que tomaran el bus en la Mariscal Sucre, en el El Tejar.
Laso dijo que se espera que durante esta semana se normalice la circulación por el viaducto. Esto permitirá descongestionar vías como la Mariscal Sucre, Montúfar y Pichincha, que fueron las alternativas para sortear el cierre.
Para informar y controlar el flujo vehicular en el Centro y en las inmediaciones del viaducto hay 10 agentes civiles.
Viaducto de la 24 de Mayo, en el Centro Histórico, habilitado al paso vehicular
Washington Velasco, taxista, coincide en que la mañana de ayer no hubo mayor diferencia en el Centro, en lo que se refiere a la movilidad.
Velasco dijo que apenas se enteró en la mañana sobre la apertura. “Es una medida que fue muy esperada. Ya podemos circular con mayor fluidez, sobre todo para ir al sur”.
Otro de los problemas que influyeron para que la gente no retomara ese trayecto, es que los letreros que anuncian el cierre no habían sido retirados. Eso le pasó a Luis Molina, quien mediante redes sociales se enteró de la reapertura pero al llegar a La Marín se topó con la señal en el Playón y decidió no ir por el viaducto.
La reapertura se dio después de que la contratista a cargo de la construcción de la Línea 1 del Metro terminara una reforma en la calzada del lugar.
Dicha reforma vial consistió en ampliar la vía para habilitar playas de parqueo en ambos sentidos de circulación.
Según la Empresa Pública Metropolitana Metro de Quito, el objetivo es que, desde allí, los pasajeros de los buses convencionales puedan llegar hasta la estación San Francisco, mediante un túnel de conexión de aproximadamente 200 metros de longitud.
El inicio de operaciones del Metro de Quito está previsto para diciembre del 2019. Actualmente, la Secretaría de Movilidad realiza un estudio para determinar el reordenamiento de las rutas de transporte público. El objetivo, según esa entidad, es que el Metro sea el eje vertebral de todo el transporte en Quito.
Las proyecciones del Metro muestran que diariamente unos 40 074 pasajeros utilizarán la estación San Francisco, en el Centro Histórico.
La miniestación de transferencia en el viaducto también se usará para conectar a los buses que llegan desde el valle de Los Chillos. Esto hará que se evalúe lo funcional de la estación del Playón de La Marín.