Todos los días salen indicadores de convalecencia económica de algún país. El más reciente, de China: crecimiento anualizado de 10,7 por ciento en el cuarto trimestre. Ahora la preocupación es si la economía china se está recalentando, no si está en recesión.
La OCDE, que agrupa a las economías más fuertes, declara en expansión a Alemania, Francia, Italia, Gran Bretaña y Canadá. El resto de economías grandes están en recuperación; ninguna estancada o en recesión.
De seguir así, se mantendrá alto el precio del petróleo, así como de otras materias primas. Pero la vía de recuperación se encuentra minada, y es posible que haya traspiés. El desafío es doble:
– No cortar prematuramente los estímulos adoptados para frenar la recesión, ya que puede abortar la recuperación. En EE.UU. a mediados de año fenece el paquete de estímulo. Se estima que la economía creció 5,5% anualizado en el cuarto trimestre (se anuncia el jueves). Pero se teme solo se trate de una recuperación de inventario de las empresas; que si no responde la demanda, haya recaída.
– No dejar los estímulos en pie demasiado tiempo, porque puede rebrotar la inflación, sembrando un problema que requeriría futuras medidas de ajuste. El miércoles las autoridades bancarias de Pekín ordenaron la reducción del crédito para impedir la formación de burbujas de valores e inmuebles.
Nouriel Roubini se mantiene en que el crecimiento será en U: que tendremos estancamiento antes que recuperación. Otros, optimistas, indican que mientras más profunda la recesión, más fuerte el rebote, crecimiento en V.
Hay complicaciones adicionales. El mundo no puede volver a 2007. No puede basarse el crecimiento en la permanente expansión de la producción exportable china, y la importación creciente de bienes de consumo por parte de EE.UU.
Se requiere que China revalúe, importe más y exporte menos, que crezca el poder adquisitivo de los chinos. Y que EE.UU. devalúe, importe menos y exporte más.
Keynes propuso sin éxito un mecanismo mediante el cual los países con superávit comercial crónico pierdan el fruto del superávit, y se lo reparta entre los países deficitarios. Eso hubiera conducido al equilibrio comercial y tipos de cambio estables.
El tipo de cambio es importante para el Ecuador: en 2009, la tendencia fue a que el dólar se deprecie, lo que restauró nuestra competitividad. Pero en las últimas semanas el dólar se ha revaluado en relación al euro.
Algunos opinan que es pasajero, un arbitraje financiero para aprovechar diferencias en las tasas de interés. Ojalá. Puesto que si es una tendencia de mediano plazo fruto de una más rápida recuperación de los EE.UU. que de la zona euro, conllevaría peligros a la economía nacional. Retornarían las salvaguardas, en proceso de desmantelamiento.