Redacción Loja
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Los trabajos de construcción del Eje Vial 4 (Vilcabamba-Zumba- La Balsa) están suspendidos en el tramo que atraviesa una parte del Parque Nacional Podocarpus y la reserva Tapichalaca.
La interrupción lleva más de un mes a la espera de una licencia ambiental y la ubicación de escombreras para el material que salga del movimiento de tierras. Estas normas básicas en la ejecución de proyectos viales se exigen luego de que la constructora Técnica General de Construcciones (TGC) ya hizo movimiento de tierra desde febrero.
Esas tareas fueron necesarias para ampliar de 7,20 a 9,20 metros el ancho de la carretera.
En ese lapso se intervino en los 10 kilómetros que implica al Parque y en otros dos de los 14 km de la reserva Tapichalaca, administrada por la Fundación Jocotoco. El material producto de esas obras fue lanzado hacia los costados de la vía.
Para el biólogo Felipe Serrano, de la Fundación Naturaleza y Cultura Internacional (NCI), los ecosistemas afectados por la obra difícilmente se recuperan. Explica que en cada hectárea intervenida es posible perjudicar al menos a 300 especies.
A eso se suma el tiempo de seis a 10 años que se requieren para que logren estabilizarse las laderas formadas por los escombros. A partir de ahí resulta efectiva la tarea de remediación, en especial la reforestación.
Ante los daños ocasionados, el Ministerio del Ambiente dispuso que ubiquen escombreras fuera del tramo que involucra a las reservas. Mientras tanto, está en revisión los estudios de impacto ambiental para otorgar la licencia al Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP).
Sin esa licencia la constructora intervino hasta octubre pasado. Por esa irregularidad y los daños ocasionados al ambiente fue multada con USD 35 000. El director encargado del MTOP en Zamora Chinchipe, Jorge Carrión, justifica que la licencia ambiental estuvo lista cuando empezó la obra, pero debido a que cambió el ancho de vía de 7,20 m a 9,20 no se pudo aplicar y tuvo que tramitarse una nueva.
En los nueve meses tampoco fue contratada la fiscalización externa al MTOP. Carrión desconoce las causas por las cuales no se contrató a tiempo. Desde inicios de este mes, la Asociación Indetec-Ica-Transvial realiza trabajos previos de fiscalización mientras aspira que su contrato se formalice. Jaime Vásquez, integrante de ese equipo de 20 profesionales, dice que sus primeras observaciones fueron sugerir que los trabajos no se retomen en el tramo 1 (Vilcabamba-Bellavista), especialmente en el trayecto que ocupan las reservas, mientras no haya licencia ambiental. Y exigen la ubicación de las escombreras para depositar el material fuera del área sensible.
Según Carrión, el MTOP y la constructora ya encontraron esos sitios y están en estudio a cargo de ambientalistas. Hugo Manosalva, representante de la constructora, indica que cumplirán con la transportación de los escombros a 30 km de distancia del área sensible. “Pero por más que dispongamos de 100 volquetes no se logrará evitar en su totalidad los botes laterales. Esta tarea incidirá en el plazo de la obra que aún no es revisado”.
En la actualidad, la constructora cumple una tarea de remediación de los sitios afectados. Manosalva dice que se han plantado 30 000 plantas y hiervas nativas. Estas especies ayudarán a acelerar el proceso de regeneración natural, aunque para Serrano esas áreas necesitan ser reforestadas con especies arbustivas.
En su informe de monitoreo, la Fundación Jocotoco concluye que para los trabajos efectuados en el primer tramo del eje vial, en la zona de las reservas, no se tomaron precauciones para evitar daños ambientales con el arrastre de material por los cauces naturales del área.
El mismo estudio dice que los daños pudieron evitarse si se consideraba otras alternativas en el diseño de la vía. Por ejemplo, pudo estimarse una vía paisajística para convertirla en un atractivo, respetando su fragilidad y aprovechando la riqueza natural de las reservas. También se advierte el riesgo que corren otras zonas de los cantones Palanda y Chinchipe, ajenas a las reservas, pero que tienen riqueza arqueológica si no se toman acciones a tiempo.
La paralización de los trabajos solo rige en la zona aledaña al Parque Nacional Podocarpus (PNP) y la reserva Tapichalaca, en un tramo de más de 24 kilómetros. El eje vial total mide 154 kilómetros hasta la frontera con Perú y la inversión prevista es de USD 72,6 millones.
Dos reservas naturales
El Parque Podocarpus tiene 146 280 hectáreas entre Loja y Zamora Chinchipe. Cuenta con más de 4 000 especies de plantas y animales como el oso de anteojos, danta, puma, tigrillo, venado… Una infinidad de orquídeas y un centenar de lagunas.
La reserva Tapichalaca está contigua al PNP. Ocupa 2 000 ha y cuenta con un espacio para recibir a turistas e investigadores. En esa área protegida por la Fundación Jocotoco existen numerosas especies de aves, animales y plantas.
Una vía en el Podocarpus ya fue evitada
El Parque Nacional Podocarpus ha sido amenazado en otras ocasiones por la construcción de vías. A mediados del 2004, los ambientalistas detuvieron el proyecto de construcción de una carretera de acceso a las Lagunas del Compadre que están dentro de la reserva.
El proyecto empezó en febrero de ese año, pero fue paralizado cuatro meses después luego de que los ambientalistas lograron que el Tribunal Constitucional (TC) declare inconstitucional dicho proyecto.
Los trabajos iniciales de apertura de trocha se hicieron en más de 1 kilómetros hasta que fueron suspendidos. El Municipio defendió su proyecto alegando que se trata de una carretera ecológica de 2 metros de ancho que no causará daño ambiental. El ex alcalde, José Bolívar Castillo, dijo que el objetivo fue aprovechar el atractivo paisajístico para conseguir los recursos necesarios promocionar el ecoturismo y convertir al Podocarpus en una zona de protección y conservación con sustento económico propio.