La ventilación es clave para ubicar y usar los calefones

Alexandra Espinel recibe una capacitación por parte del técnico de los Bomberos de Quito, Danny Cacuango. Foto: Alfredo Lagla/EL COMERCIO

Alexandra Espinel recibe una capacitación por parte del técnico de los Bomberos de Quito, Danny Cacuango. Foto: Alfredo Lagla/EL COMERCIO

Los cuerpos de Marcelo A. y Verónica A. fueron encontrados el sábado 22 de julio de 2017 en el interior de una bañera con síntomas de intoxicación por monóxido de carbono (CO).

Durante el levantamiento de los cadáveres, la Unidad de Investigación de Incendios de los Bomberos encontró un calefón instalado en el interior del departamento, en el norte de Quito.

La falta de ventilación adecuada hizo que se acumulara el gas tóxico que expulsa el calefón luego de la combustión. Lo mismo le pasó a Fátima A., una venezolana que falleció el jueves 19 mientras se duchaba. De esta forma, en los últimos siete días, tres personas han perdido la vida en el Distrito a causa del “enemigo silencioso del hogar”, como lo llama Eber Arroyo, comandante del Cuerpo de Bomberos.

Arroyo se refiere al potencial peligro que provoca el monóxido de carbono si el calefón no está instalado bajo ciertas condiciones técnicas. La regla de oro es instalar el equipo en el exterior de las casas, para que pueda tener una circulación de aire que desplace a los residuos de la combustión del calefón a gas.

En el departamento de Marcelo y Verónica A. no se tomó en cuenta esa recomendación, tampoco en la vivienda de Fátima A., porque el calefón estaba ubicado dentro del baño. En estos casos, el monóxido de carbono desplazó al oxígeno del ambiente. El exceso del primer gas produce dolor de cabeza y luego un sueño súbito, explicó Arroyo.

Según estadísticas de los bomberos, por esta razón se dieron dos fallecimientos en 2016 y otros cuatro en 2015.

Si bien no hay datos actuales del número de hogares en Quito que poseen calefones a gas, en la última Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los hogares urbanos y rurales realizada por el INEC en el 2012, se indica que el 8,5% de hogares en el área urbana lo usan.

Los calefones suelen ser de ocho litros, ideales para una ducha, y se los encuentra desde USD 140. También se ofertan calefones de 16 litros, para dos duchas a un precio aproximado de USD 180. La instalación del sistema tiene un valor adicional de USD 30.

Para dimensionar la cantidad de combustible que consumen estos aparatos, Édgar Bonifaz, de la Unidad de Investigación de Incendios, dijo que un calefón requiere entre seis y siete veces más combustible que una cocina con todas sus hornillas encendidas.

Desde el 2013 se desarrolla el proyecto Mi hogar seguro ante incendios, en el que efectivos de los ‘casacas rojas’ visitan las viviendas de los ciudadanos para difundir consejos de seguridad, así como revisar instalaciones de cilindros de gas, calefones, conexiones eléctricas, entre otros parámetros. Durante el tiempo que lleva la iniciativa, se han visitado

62 893 hogares de la ciudad, capacitando a 203 372 habitantes en temas de prevención al interior de las viviendas.

Alexandra Espinel
reside en el Centro Histórico de Quito y fue visitada ayer, 26 de julio, por Danny Cacuango, inspector del Cuerpo de Bomberos. Luego de analizar el sistema instalado en el tercer piso de su domicilio, le explicó que el calefón no tenía novedades. Solo le sugirió redireccionar la toma de la chimenea de su calefón.

El experto explicó que es importante que el calefón tenga una tubería con una llave para cortar el suministro de gas en una emergencia, o que si usa manguera esta sea de doble capa (amarillas con texturas, no las azules). Además, que su extensión máxima sea de al menos tres metros.

Por último, dijo que se debe procurar que la chimenea del calefón no esté cerca de ventanas o dormitorios.

Otro problema conexo a los calefones es el manejo de los tanques de gas. Según los Bomberos, en los últimos tres años, ocho personas murieron por fugas o explosiones relacionadas con el GLP.

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