La embajadora de Venezuela en Ecuador, Carol Delgado, junto a sus homólogos de la Alba. Foto: Patricio Terán / El Comercio.
La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba) están del lado de Venezuela. Los tres organismos subregionales han expresado su rechazo a las sanciones impuestas el lunes por Estados Unidos y se han alineado con el gobierno de Nicolás Maduro.
Las críticas de estas entidades llegan en unmomento complejo para Venezuela, en medio de denuncias de violaciones a los derechos humanos y represión de la Fuerza Pública a los manifestantes que se expresan en contra del Régimen.
De estas supuestas violaciones a los DD.HH. nacen las sanciones de EE.UU., que es el único país que hasta el momento lo ha hecho. Pero de ese tema no hablan los subregionales, que apoyan al Gobierno y condenan la “injerencia” norteamericana.
Diplomáticos de Nicaragua, Cuba, Bolivia y Venezuela se reunieron ayer en Quito para expresar desde la Alba su apoyo al régimen de Maduro. Rechazaron el “imperialismo” de la decisión y calificaron las medidas de Barack Obama como una “amenaza para la paz”.
Para analizar esa misma “injerencia grotesca e ilegal”, en palabras del presidente Rafael Correa, se reunirán los jefes de Estado de la Unasur. Pero la unidad del bloque sufrió un revés que postergó la cita de cancilleres prevista para hoy, en Montevideo. Aunque no se explicó la causa de la suspensión, el gobierno de Tabaré Vázquez manifestó su molestia porque Maduro calificó, sin mencionarlo, al vicepresidente Raúl Sendic, de “cobarde” por haber dicho que no encontraba los elementos suficientes para creer en las injerencias extranjeras.
La Celac, en un tono más conciliador, reafirmó en febrero pasado a través de un comunicado “su preocupación” por el anuncio de sanciones de EE.UU. a Venezuela. Pero del tema de derechos humanos no dijo nada. Y este “silencio”, a criterio del expresidente ecuatoriano Osvaldo Hurtado, es una “injustificable omisión”.
En declaraciones a Ecuadoradio, el expresidente dijo que lo que está haciendo Estados Unidos deben hacer los demás países de la región. “Hay un tratado llamado Carta Democrática Latinoamericana en l os cuales se definen los elementos que componen un régimen democrático. A la luz del documento debió hace años analizar a Venezuela y llamar la atención a Chávez y Maduro”.
El exembajador ante la OEA Francisco Proaño Arandi coincide en que la omisión de un pronunciamiento sobre la situación actual muestra un desequilibrio que no es sano. “Lo ideal sería que, a la vez que hay el rechazo de las sanciones, que son condenadas en el derecho internacional, también exista por lo menos una llamada de atención hacia las violaciones de DD.HH. y a la democracia”.
Para el diplomático pesa mucho la historia y eso genera el rechazo a las acciones norteamericanas, pero eso no es pretexto para omitir el tema de derechos humanos. En ese contexto, cree que la OEA debería ser la plataforma para que EE.UU. y Venezuela se sienten a dialogar, pues los estadounidenses no son parte de la Unasur, la Alba ni la Celac.
Justamente ese es el argumento que ayer presentó el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, en La Paz. Dijo que, a su retorno a Washington, definirá junto a sus colaboradores la conveniencia o no de convocar a una reunión extraordinaria del Consejo Permanente de la OEA.
Las frases:
“La sanción debería llevar a la OEA y a
la Unasur a meditar sobre la injustificable omisión en la que han incurrido”. Osvaldo Hurtado / Expresidente
“Registramos con preocupación esta decisión porque no va a contribuir a calmar sino a radicalizar los ánimos”. Ernesto Samper / Unasur