Vendedores informales en buses, una realidad que persiste

Se suben a los autobuses en las esquinas, paradas o los pasos cebra. Llevan maletas o mochilas en las que cargan su mercadería: discos compactos de música o videos musicales, dulces, agua, galletas, esferográficos, lápices, pulseras, marcadores...

Son los vendedores informales que se mueven en las vías principales de la ciudad para comercializar sus productos. Solo en el tramo que comprende la avenida Patria y Naciones Unidas, en el norte de Quito, tres comerciantes de este tipo se subieron a una misma unidad de transporte público. Esto causa malestar en mucha gente que utiliza ese servicio.

Ayer, la usuaria Doris Jiménez tomó un bus en la calle Veintimilla para dirigirse al parque La Carolina. Los tres vendedores que se subieron ofrecían confites, discos de música y pulseras. “A mí me preocupan los vendedores que dicen que salieron de la cárcel para asustar y que así les compren sus mercaderías. Se deben implementar más controles”.

La Ordenanza Municipal 280 señala que el espacio público en donde trabajan los comerciantes debe ser autorizado por el Municipio. Con este criterio coincide el usuario Lenin Salazar, “aunque no se cumple” y añade que el problema de los vendedores ambulantes en los buses nunca se va a terminar “por la falta de empleo. Por eso, la gente se busca formas para subsistir como sea”. Pide que los comerciantes de ese tipo sean regularizados…

Un vendedor es Manuel Alvarado, de 55 años. Él gana USD 15 diarios en la venta de discos de música, videos o programas de computadora. A su juicio, “no todos los vendedores buscan robar a los pasajeros de los buses. Toda la vida he trabajado vendiendo en la calle y me conocen, pero no he tenido problemas”. Afirma que los vendedores no deben ser regularizados.

Hasta el 2012, la Agencia de Coordinación Distrital del Comercio (ACDC) del Municipio entregó certificados y acreditaciones para regularizar a 1 800 comerciantes autónomos. A escala nacional, el 44,1% de la gente trabaja en el sector informal mientras que en la capital este porcentaje llega al 34,7%.

Suplementos digitales