La mañana de ayer se habilitó la circulación en la extensión de la Simón Bolívar, desde Carapungo hasta San Antonio. Foto: Alfredo Lagla / EL COMERCIO
Ya es posible cruzar desde Calderón hasta la Mitad del Mundo sin necesidad de pasar por Carcelén y tomar la Córdova Galarza. Ese trayecto demoraba, en hora pico, hasta 45 minutos. Desde las 11:00 del lunes, 26 de febrero del 2018, se lo puede hacer en menos de ocho, con la habilitación temporal de la Simón Bolívar.
Sin embargo, en la extensión norte de la Simón Bolívar falta iluminación (para la circulación nocturna), paradas para la línea de buses autorizada y pasos peatonales. Esas obras, según Jorge Mateus, presidente del Comité Promejoras de la Liga, les habían ofrecido.
Álex Rivera, gerente de estudios y fiscalización de la Empresa Pública Metropolitana de Movilidad y Obras Públicas, aseguró que por tratarse de una habilitación temporal de la vía, aún hay varias obras pendientes, que se ejecutarán cuando se concrete un préstamo de USD 134 millones, que el Concejo Metropolitano aprobó que se gestione el jueves pasado. De ese monto, 21 millones se destinarán a obras complementarias.
Entre las obras pendientes están la iluminación soterrada de toda la vía (USD 17 millones), la construcción de seis puentes peatonales con rampas inclusivas (USD 3 millones) y la construcción de aceras peatonales (USD 1 millón).
También está prevista la construcción de un puente adicional en el sector de la Marquesa, en Pusuquí. En el momento allí funciona un puente bailey de un solo carril, para el paso alternado de autos en ambos sentidos.
Mientras eso ocurre, dice Rivera, se llegó a un acuerdo con la comunidad. En las zonas pobladas, donde se construirán los pasos peatonales, el límite de velocidad de los autos será de 30 kilómetros por hora.
De hecho, la velocidad máxima en la extensión de la Simón Bolívar es, por el momento, de 60 km/h. Ese límite no variará hasta la inauguración oficial, en 10 meses, señaló Rivera.
Los autos podrán circular a 90 km/h una vez que la avenida sea entregada oficialmente. Para eso, se debe terminar la Fase II de la extensión, que une la vía con Pusuquí, a través del puente Villorita. Ese tramo tiene un 70% de avance y se habilitará en mayo del 2018.
Además, deberán estar listas también las obras complementarias.
Rivera indicó que la avenida fue abierta para que los habitantes de San Antonio, Pomasqui, Carcelén Bajo, Calderón y otros sectores puedan reducir sus tiempos de movilización.
La extensión de la Simón Bolívar tiene 12 kilómetros con seis carriles (tres por sentido) que atraviesan cerca de 24 barrios. La mañana del lunes, habitantes de ocho sectores se tomaron la vía para ser escuchados.
Esthela Castro, moradora, habló de la necesidad de contar con un giro en U, a la altura del barrio Bella María. Carlos Armijos, gerente de la Epmmop, aseguró que tenía listo un documento para gestionar dicho giro.
Rivera aseguró que para construir las obras complementarias se debe esperar que el crédito sea entregado. Una vez que haya liquidez, se iniciará un proceso de contratación en el Servicio de Compras Públicas (Sercop). Es decir, se necesitarán al menos tres o cuatro meses para iniciar la construcción de los puentes. Edificar un puente toma entre 120 y 150 días. Se espera que a finales del 2018 las obras complementarias terminen.
Según la Epmmop, por la extensión transitarán entre
70 000 y 110 000 autos diarios. Para controlar la velocidad en la vía, se colocaron dos radares.
Alfredo Viteri, experto en movilidad, sostiene que para que la apertura no beneficie exclusivamente a quienes tienen autos, el Municipio debe analizar la extensión de rutas del sistema de transporte para que todos los barrios de la zona sean atendidos.