El crimen se produjo la mañana del pasado jueves 15 de junio del 2017, en una ciudadela privada de Portoviejo, capital de Manabí. Foto cortesía El Diario Manabita
Los cuerpos de Carlos y Thiago, hermanos de tres y seis años, que murieron luego de que presuntamente su padre les inyectara una inyección letal, recibieron sepultura en Portoviejo (Manabí), en medio de escenas de dolor de amigos y familiares.
Cerca de las 16:30 de ayer, viernes 16 de junio del 2017, los cuerpos fueron trasladados desde la sala de velaciones frente al parque de La Madre hasta el cementerio Jardines de la Paz.
Carlos, enfermero de 26 años de edad, oriundo del cantón Rocafuerte, fue detenido el jueves acusado de inyectar un medicamento mortal a sus dos hijos.
Nancy, madre del sospechoso, no se explica lo que sucedió. Ella le llevó ropa a su hijo antes de que fuera trasladado a un centro penitenciario de Guayaquil.
“Estamos destrozados, no sabemos qué hacer (…) Lo único que le dije fue por qué hizo esto”, dijo Nancy, entre lágrimas, a la cadena de televisión local Manavisión.
Los padres de los niños, ambos enfermeros en un hospital de Portoviejo, se conocieron en la Universidad Técnica de Manabí.
El crimen se produjo la mañana del pasado jueves, en una ciudadela privada de Portoviejo, cuando supuestamente el padre se encerró en la habitación con sus dos hijos, les inyectó una sustancia y luego intentó suicidarse.
Los agentes de la Fiscalía y de la Policía indagan las razones de estos dos crímenes.