Redacción Quitoquito@elcomercio.comUn fuerte olor a orina se percibe en varias esquinas y calles del Centro Histórico. Junto a la basura acumulada o en rincones poco transitados hay pestilencia. Los vecinos que habitan en la zona no se identifican por seguridad. Dolores A. vive en la calle Rafael Barahona y baldea el frente de su vivienda, pero el olor no se pierde. Ella cuenta que en la intersección con la calle Ambato hay personas que frecuentan las cantinas todo el tiempo.
Una campaña El Municipio, el Fondo de Salvamento (Fonsal) y la Dirección Provincial de Educación de Pichincha integran el proyecto ‘Quito Patrimonio Sano’. El objetivo es tener un manejo adecuado de los desechos. En la propuesta de mantener limpias las calles se difundirán mensajes para que los ciudadanos no arrojen chicles al piso. La Alcaldía calcula que limpiar un metro cuesta USD 1,65.
La vecina denuncia que “incluso hay gente que pasa por el lugar y orina en las calles. En la mayoría de ocasiones lo hacen junto a fundas rotas de basura. Eso aumenta el mal olor”.El pasado sábado, a las 12:00, en las calles aledañas a la 24 de Mayo, este Diario constató que varias personas se encontraban ingiriendo bebidas alcohólicas. Algunos estaban sentados en las aceras, otros, insultaban a los transeúntes mientras caminaban hacia las esquinas más sucias para orinar. En el sitio no había ningún control. Dolores asegura que esa práctica se ha convertido en una costumbre en el sector. A ellos -afirma resignada- no les incomoda que “los vean y si uno les dice algo insultan y no hacen caso”. Lo mismo cree Raúl M., otro vecino y propietario de una tienda, en la calle Loja. Para él es necesario que en el Centro exista más control sobre el tema, pues cada vez se vuelve una situación más difícil de cambiar. Raúl cuenta que hace poco debió enfrentarse a un grupo de jóvenes porque se detuvieron a orinar en la puerta de su negocio, un viernes en la noche.Pasadas las 22:00, dice Raúl, es común verlos haciendo sus necesidades en algunas calles. “En un inicio lo hacían a escondidas, en las calles más ocultas o en los pasajes, pero ahora lo hacen hasta en las calles principales”.Aquella ocasión, Raúl se vio obligado a salir con palos de escoba para que se retirasen. Los jóvenes no le hicieron caso y estuvieron a punto de golpearlo. Según este vecino, el problema se debe a que por las calles del Centro hay un sinnúmero de cantinas y lugares clandestinos para beber. “Eso hace que las personas que asisten a esos sitios salgan a las calles y orinen allí”.En calles como la Montúfar, Murgueitio, Mazo y la av. 5 de Junio el olor es tan fuerte que incluso se impregna en las paredes de las viviendas. Lucía B. pasa aguay jabón en la entrada de su casa varias veces. El olor ya ha penetrado en las paredes y en la puerta de madera que está en el ingreso principal.En las escalinatas de la calle Mazo, el problema es más evidente, pues incluso hay señales de la orina en las paredes. El Municipio anunció un plan para recuperar todas las vías del Centro Histórico. En el proyecto participarán 40 establecimientos educativos.