Washington. Reuters, AFP
Los fabricantes de medicamentos se alistan para desarrollar vacunas contra la nueva cepa del virus de la gripe; comienzan a probar lotes y se comprometen a repartir dosis gratuitas en los países pobres.
Los gobiernos están destinando miles de millones a la vacuna: Estados Unidos aportó USD 1 000 millones, Holanda ordenó 34 millones de dosis y Australia solicitó 10 millones, apenas a una semana de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declarara la pandemia.
Aún nadie está seguro de administrar la vacuna a alguien y, en caso de hacerlo, quiénes serían los candidatos a recibirla. Generalmente, las guías sobre inmunización contra la influenza son claras: aplicar la vacuna a los mayores, los bebés y niños y las personas más enfermas.
En un año promedio, la gripe causa la muerte de entre 250 000 y 500 000 personas y en los países desarrollados el 90% son ancianos. Pero la nueva cepa del virus no se está comportando de manera habitual.
La mayoría de los casos se da en personas de 5 a 24 años, generalmente el último grupo en verse afectado por la gripe común y en ser vacunado.
Ha habido algunos casos graves quizá porque su respuesta inmune es distinta, algo que los expertos aún desconocen. Para decidir qué hacer, los expertos de la OMS tendrán que ver qué hace esta nueva cepa.
Mientras tanto, ayer en Argentina se elevó a siete el número de muertos por la gripe, y los casos positivos ascienden a 1010. Chile, por su parte, confirmó 4 315 casos de infectados con el nuevo virus, es el país más afectado en América del Sur.