Esteban F. Ordóñez Zambrano
Realmente qué pena, señor Uribe, y qué vergüenza produce una vez más el observar cómo el Gobierno colombiano y sus aliados neoliberales en el Ecuador cada vez más muestran sus patadas de ahogado y su clara defensa al ex ministro Santos.
Junto con la falta de razón y argumentos tratan de entorpecer las investigaciones sobre Angostura, cuando en marzo de 2008 Ecuador fue víctima de violación de su soberanía.
La presentación de ese video por parte de los medios locales e internacionales no es más que una bajeza más de Uribe y Santos, que creen que los ecuatorianos somos ignorantes.
A Uribe se le olvida que, gracias a la avanzada tecnología, es posible montar voces sobre personajes con idénticas características que el original. Una vez más se comprueba la intromisión autoritaria de Álvaro Uribe en nuestra política interna.
Yo, personalmente, le recomendaría prepararse, ya que el momento en que usted deje de ser Presidente la justicia le llegará.
Señor Álvaro Uribe, usted y su ex Ministro han cometido delitos de lesa humanidad comprobados, incluso en nuestro territorio, por lo que deberán rendir cuentas a la justicia, de sus excesos contra el pueblo colombiano. De lo contrario, le recuerdo lo que le pasó al general Augusto Pinochet con el juez español Baltasar Garzón.
Adoctrinamiento del siglo XXI
Paúl Tapia Goya
El poder quiere tomar control de escuelas, colegios y universidades para ampliar su clientela electoral a la juventud.
Las mentes noveles caerán fácilmente en manos de una ideología que propugna la lucha de clases con música protesta y resentimiento social. Quien escribe esta carta salió vivo de un balazo recibido al grito de “pelucón hijue…”.
Pese a no vivir en Samborondón ni tener apellido de alcurnia. Talvez sea por el color zapallento de mi piel, que muchos podrían llamar ‘blanco’.
Esto indica que detrás de llamar ‘pelucón’ a alguien, existe un claro componente de racismo y discriminación que nadie denuncia.
Si el Gobierno controla el pensamiento joven, a través del Ministerio de Educación, dentro de poco, en primaria, secundaria y las facultades, la guerra entre los pelucones malos y los buenos revolucionarios llevará la violencia a las aulas.