La Universidad de Guayaquil prepara estrategia en la categoría B

Por una hora la comunidad universitaria recorrió las calles cercanas a la institución. Foto: Wladimir Torres / EL COMERCIO

Por una hora la comunidad universitaria recorrió las calles cercanas a la institución. Foto: Wladimir Torres / EL COMERCIO

Por una hora la comunidad universitaria recorrió las calles cercanas a la institución. Foto: Wladimir Torres / EL COMERCIO

No hubo clases. Todas las actividades fueron suspendidas ayer en la U. de Guayaquil para celebrar el ascenso a la categoría B, después de tres años de permanecer en el último de los cuatro niveles de calificación de las universidades del país.

Por eso un grupo de alumnos dibujó en la entrada del campus principal la letra que ahora muestran con orgullo en guindolas y en las redes sociales. Ese fue el arranque de una caminata por las calles aledañas, a la que se sumaron estudiantes, docentes, directivos y trabajadores.

El rector Galo Salcedo fue una de las figuras al frente del festejo. Antes del recorrido explicó que uno de los logros más importantes tras recibir el informe favorable del Consejo de Evaluación, Acreditación y Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior (Ceaaces) es que podrán retomar programas de posgrados, suspendidos desde que descendieron en 2013.

“Ya tenemos más de 20 maestrías planificadas”, dijo. Estos programas deberán ser aprobados por el Consejo de Educación Superior (CES).

También se abre la oportunidad de incrementar los convenios institucionales. Por ahora, el centro tiene alianzas con 28 universidades (tres nacionales y 25 del exterior).

Y esperan aumentar su presupuesto anual. “La ley establece que los niveles de las universidades permiten determinar qué cantidad de recursos recibirían”.

La Ley Orgánica de Educación Superior establece que los recursos se asignen de acuerdo a criterios de calidad, producción investigativa, eficiencia administrativa, académica y número de alumnos. En este año, la universidad recibió USD 30 millones menos que el año pasado.

El presidente del CES, René Ramírez, también se unió a la celebración, que terminó con una fiesta frente a una tarima instalada en la Facultad de Medicina. Dijo que en tres años se ha recobrado lo que la universidad perdió en 25. Y que los fuertes de la última evaluación estuvieron en la academia y la investigación.

Sin embargo, hay quienes reconocen que resta por trabajar. Y que los logros alcanzados deben ser superados en relación a la magnitud de una universidad que suma 63 000 alumnos y 2 950 docentes.

Luis Carmenate, interventor del área de investigación, explica que actualmente tienen 72 proyectos en marcha y cerca de 300 proyectos semilla. Pasaron de cero a 749 publicaciones en revista indexadas, más de 40 libros publicados y 400 docentes investigadores.

“Pero todavía tiene que subir mucho más. En libros, por ejemplo, para estar en una categoría de excelencia debería publicar alrededor de 280 obras en los próximos dos años”, dijo. En 2018 será la próxima evaluación y para ese año la meta es llegar a la A.
Entre octubre del 2013 y junio del 2016, la Universidad emprendió un plan de excelencia hasta lograr la acreditación. Ese camino no ha estado alejado de la polémica.

Desde bombas panfletarias hasta municiones halladas en uno de los vicerrectorados fueron algunos capítulos negativos para la institución, que ahora busca mejorar su imagen con la calificación B.

Además, en estos tres años ha tenido cuatro rectores asignados, y no por elecciones. En mayo pasado Roberto Cassis fue destituido por presentar un título doctoral falso, según determinó la Senescyt.

A esto se sumaron las continuas prórrogas de la Comisión Interventora, que inicialmente estaría un año. Su presidente, Jaime Medina, aseguró que, por ejemplo, devolvieron USD 7 millones a los alumnos que denunciaron cobros en contra de la gratuidad. Y que hay avances en Fiscalía y la Contraloría sobre los casos de falsificación de títulos, nepotismo y pluriempleo.

Con este balance los interventores cierran su ciclo en la Universidad de Guayaquil. El 28 de octubre serán las elecciones de rector y vicerrectores, el 8 de noviembre serán posesionadas las nuevas autoridades y un día antes terminará la intervención.

En contexto

La Universidad de Guayaquil, la Técnica de Machala, la Estatal del Sur de Manabí y la Universidad de Otavalo, ubicadas en la D, pasaron por el proceso de acreditación del Ceaaces. En diciembre se conocerá el informe final, luego de la fase de rectificaciones.

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