El Centro de Investigación para la Salud en América Latina, de la PUCE, cuenta con cuatro laboratorios y tiene una capacidad para 300 personas. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO
La falta de espacio físico en los campus originales y el incremento de estudiantes. Así como el desarrollo de carreras tecnológicas que requieren laboratorios e infraestructura relacionados de forma amigable con el medioambiente.
Estas son las razones por las que cuatro universidades de Quito han buscado expandir sus instalaciones a sitios periféricos. De hecho, la Pontificia Universidad Católica (PUCE) invirtió USD 6 millones para la construcción del nuevo Centro de Investigación para la Salud en América Latina, en el campus de Nayón, oriente de la ciudad, que hoy, 14 de junio, se inaugura.
El centro está en los terrenos del sector de Pambahacienda. Ocupa 9 381 m², en seis plantas, de un terreno de 70 hectáreas que pertenecen a la PUCE desde 1978. Esteban Baüs, decano de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, comentó que el cambio se produjo debido a que el actual edificio en donde funciona esa carrera del campus El Girón, en la 12 de Octubre,“ya no da más”.
El Decano dijo que tienen una crisis de espacio en la Escuela, que hay muchos proyectos.Existen más investigadores y publicaciones.
En Nayón también funcionan dos laboratorios de biorrefinería, de suelos y de microbiología. Baüs dice que para la construcción del sitio no se destruyó la vegetación originaria del sector.
Otra universidad que planea extenderse a las periferias de la capital es la Central (UCE).
El Consejo Universitario aprobó la propuesta arquitectónica del nuevo campus, que se construirá en el sector de La Morita, en Tumbaco, al oriente de Quito, en donde ya está la Facultad de Agronomía. El estudio fue presentado por la Facultad de Arquitectura y Urbanismo.
Fernando Sempértegui, rector de ese centro, manifestó que las carreras de Ciencias Químicas, Ingeniería Química, en Minas y Civil, así como Petróleos, Ambiental y Biomedicina deberían trasladarse al nuevo lugar. Ahora, la prioridad es continuar las gestiones con el Municipio para que los planos sean aprobados.
También se conformó una comisión que comenzó la búsqueda del financiamiento: USD 67 millones, para la construcción de los 14 edificios que integrarían ese campus. Las autoridades de la UCE aspiran a que la obra comience a levantarse a inicios del 2017.
Para Sempértegui, los valles aledaños a la capital son sitios idóneos para construir las facultades debido a que se convirtieron en sitios de acelerado crecimiento. “El aeropuerto entró como una variable que cambió el escenario y hasta las subsidiarias de empresas importantes están allí”.
Además del Campus Granados, la Universidad de las Américas (UDLA) cuenta con las instalaciones de UDLA Park, desde hace un año. Está en la vía a Nayón, en la av. Simón Bolívar. El rector Carlos Larreátegui aclara que esa no es la periferia. Buscan zonas a las que sus estudiantes puedan llegar en transporte público.
La meta es llevar lo que ahora es el campus Queri (entre los Granados y Eloy Alfaro) a UDLA Park, es decir las facultades de Arquitectura, Derecho e ingenierías.
En el pasado, la Universidad de las Fuerzas Armadas (Espe) también halló un sitio periférico para levantar su infraestructura. Su actual espacio en Sangolquí se construyó con un presupuesto de unos USD 50 millones y funciona allí desde 1992. Antes, ese centro estaba en las instalaciones del antiguo Hospital Militar, Centro Histórico de Quito.
Lo mismo ocurre con sus sucursales en otras ciudades. El rector subrogante de ese centro, coronel Ramiro Pazmiño,
señala que una se encuentra en Belisario Quevedo, en las inmediaciones de Latacunga.
Más de 5 000 alumnos se trasladaron desde una casa antigua en el centro de la capital de Cotopaxi. En Santo Domingo de los Tsáchilas tienen también una sucursal en una hacienda en la zona periférica.