Patricio Córdoba Pizarro
Ese es el adjetivo que las últimas semanas mantiene el Gobierno para justificar una reforma a las universidades.
Personalmente, no me considero una persona brillante, tampoco mediocre, sin embargo tuve la suerte y estoy muy agradecido por haberme formado en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador.
A través de mi formación académica y experiencia profesional tuve la oportunidad de cursar exitosamente maestrías en Argentina y Perú, y puedo decir, con mucha honra, que el nivel que tenemos los ecuatorianos no es mediocre como quieren hacernos creer.
Si es tan mediocre la universidad en el Ecuador, por qué quieren obligarnos a revalidar nuestros posgrados en el Conesup a quienes ejercemos la docencia, cuando nuestro único objetivo es estar actualizados y compartir conocimientos y experiencia con los alumnos.
La formación que brindan muchas facultades es buena, el real problema de la universidad es la falta de vínculos con los gremios, sector público y privado.
Esos vínculos permiten canalizar recursos para desarrollar la investigación, que es el gran pecado de la universidad ecuatoriana. Este pecado no es culpa solo de la universidad, es de todos: gremios, colegios, ONG, empresas públicas y privadas deben demandar a la Universidad estudios para mejorar su productividad, competitividad e inserción en el mundo globalizado. La investigación requiere el involucramiento de todos. Lastimosamente, esto no se logra con una ley.
Sobre Febres Cordero y Rafael Correa
David Villacís García
Definitivamente, las verdades duelen. El pasado lunes 20, Nicolás Febres Cordero publicó una carta en la cual, a más de tildarme de canalla, refutó “altivamente” que en mi artículo del jueves 16 hubiese aludido a su persona respecto a los bochornosos escándalos de nepotismo en el Gobierno de su hermano León (1984-1988).
Como a Febres Cordero le gusta despreciar con el “silencio” (según sus palabras), yo voy a hacer todo lo contrario, pues no tengo por qué secundarlo.
Voy a recordar que en aquel Gobierno se suscitaron denuncias contra Nicolás y Agustín Febres Cordero, hermanos del entonces Mandatario, en relación a negocios realizados en Honduras, valiéndose de la imagen de su hermano (León).
Además, se los acusa de haber firmado contratos de distribución de aceite y lubricantes entre las empresas CEPE y Mannaoil; incluso, se llegó a hablar de un tráfico de influencias.
Ya en términos generales, los escándalos de esta índole calaron en el exterior, pues hasta el periódico español El Independiente hizo una publicación que detallaba actividades financieras de la familia durante ese período gubernamental.
Puedo también recordarles la demanda por peculado que se le imputó al yerno de León por la utilización de USD 150 mil en el caso Ran Gazit y la intermediación para la adquisición de 100 centrales telefónicas.
Pero si le sirve de consuelo, Sr. Febres Cordero, no solo ustedes están en la lista negra de los ecuatorianos. También lo están los ex presidentes Durán Ballén, Bucaram, Noboa, Palacio, Gutiérrez y ahora Rafael Correa.
Por último, le aclaro que no “desfogo odios”, como usted afirma, y que ostentar su acaudalado apellido no le da ningún derecho para “sugerir” al Diario EL COMERCIO “que tenga cuidado en la publicación de las cartas a la Dirección”.
¿Será acaso, señor Febres Cordero, que aún no entienden que el nuevo dueño del país se llama Rafael Correa Delgado?
ECUADOR TAMBIÉN TIENE CAMPEONES INFANTILES
Lorena Núñez Corral
En Deportes de EL COMERCIO del 22 de julio, aparece como titular y noticia principal, con foto, el hecho de que un británico de 15 años ha ganado el Mundial de Natación.
Sin querer desmerecerlo, dejo constancia que el pasado 19 de julio, en Palmira, Colombia, tuvo lugar el Campeonato Latinoamericano de Minicross.
Es decir, en el torneo participaron las categorías de 7 a 13 años, respectivamente. Para satisfacción de la delegación ecuatoriana, nuestro país subió a los tres podios.
Otto Swoboboda obtuvo el tercer lugar en 85cm3, Martín Vinueza, tercer lugar en 50cm3 y Mateo Restrepo primer lugar en 65 cm3, consiguiendo el título de campeón latinoamericano de Minicross, dejando en alto el nombre del Ecuador.
Sin embargo, la noticia ha pasado casi desapercibida. El lunes una mininota de no más de 10 líneas apareció en EL COMERCIO. Es una lástima ver la poca importancia que nosotros mismos, como ecuatorianos damos a nuestros deportistas con una afición diferente al fútbol.
Parece que solo los futbolistas, aunque muchas veces no tengan una actuación estelar, merecen el reconocimiento.
Me pregunto, ¿se necesita ser extranjero o futbolista para merecer atención de la prensa? ¿Acaso representar al país en las diferentes disciplinas y ser ecuatorianos triunfadores no merece reconocimiento?
Nota de la Dirección: Gracias por su comentario. En adelante estaremos pendientes no solo de cubrir el fútbol sino todas las disciplinas donde participen ecuatorianos.