Redacción Política, AFP, ANSA
Con la suscripción del convenio de Medidas de Fomento de la Confianza, la noche del viernes en Quito, la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) avanzó en la construcción de una agenda orgánica en materia de seguridad.
La ampliación de los convenios militares entre Bogotá y Washington, que le permite a EE.UU. usar siete bases colombianas, ha sido el tema de mayor preocupación regional en los últimos meses. En ese sentido, la cumbre extraordinaria del Consejo de Defensa y ministros de Relaciones Exteriores del viernes trabajó en lo que pudiera llamarse a futuro como una nueva doctrina de seguridad que prohíba la instalación de militares extranjeros en la región sudamericana.
Los puntos pendientes
Ecuador, a cargo de la presidencia pro témpore de la Unasur, deberá definir la fecha y lugar del encuentro con Hillary Clinton, secretaria de Estado de Estados Unidos, para analizar el uso de las bases militares.
El vicepresidente de Colombia, Francisco Santos, denunció que Venezuela puso un muro comercial a su país como represalia al convenio militar que firmó con EE.UU., informó diario El Tiempo del vecino país.
Para resolver los temas pendientes que quedaron de la cumbre del viernes, habrá otra reunión en 15 días, precisó el canciller Nicolás Maduro. La sede aún está por definirse.
El compromiso adoptado por Bogotá, de cumplir con cada uno de los mecanismos de seguridad del acuerdo, incluyendo medidas concretas de implementación y garantías, fue un aliciente que permitió la firma del documento. Es por ello que la entrega del acuerdo de cooperación militar entre Colombia y EE.UU., fue considerado como un avance.
Sin embargo, para el presidente venezolano Hugo Chávez, Colombia se opone “a todo lo que huela a paz”, por lo que “está claro que no quiere declarar a América del Sur zona libre de bases extranjeras”.
Ante tal desconfianza, la Unasur promoverá una reunión con la secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, para discutir las garantías que su país dará en el marco del acuerdo Colombia. Nicolás Maduro, canciller de Venezuela, es de los más entusiastas de que la región hable con Clinton al respecto.
La intervención de observadores de la Unasur en los ejercicios militares ejecutados por fuerzas extranjeras, ubicadas en cualquier país de la región, tranquiliza al canciller ecuatoriano Fander Falconí, quien destacó que los alcances del encuentro son valiosos para el continente.
Para Maduro, la única garantía que tiene la región es que el convenio se cumpla a cabalidad. “Nada puede quedarse en el documento firmado. Los papeles hay que traducirlos en hechos para garantizar la paz”.
Sobre la propuesta del presidente peruano Alan García, de reducir el gasto militar a través de un pacto de no agresión, la Unasur acordó que cada país debe entregar un informe sobre los gastos de defensa. Además, cada nación deberá remitir al Consejo de Defensa Suramericano (CDS) los presupuestos de los últimos cinco años de las fuerzas militares en compra de armas.
El intercambio de información sobre temas de seguridad e inteligencia será coordinado por el CDS. Un banco de datos manejará un registro de transferencias con la adquisición de equipos y armas convencionales, en adición a la información que se deberá remitir obligatoriamente a las Naciones Unidas y a la OEA.
Todas las actividades de regulación y control, relacionadas con el despliegue militar extranjero en América del Sur, serán analizadas por los órganos encargados de su supervisar estos compromisos. A más del CDS, esta instancia la conformarán también el Consejo de Ministros de Relaciones Exteriores, el de Lucha contra el Narcotráfico, de acuerdo con sus respectivas competencias.