¿Última oportunidad para el planeta?

Unos 20 000 representantes de 192 países se reúnen en Dinamarca desde este lunes para buscar consensos en torno a la urgencia de enfrentar el grave problema de las emisiones de gases contaminantes.

El panorama es grave y, para muchos, irreversible, al punto que lo máximo que podría lograr esta cumbre es un acuerdo para que el nivel de las emisiones se reduzca a los límites a los que se llegó en 1990.

La conferencia de Copenhague, que durará dos semanas y que está bajo la coordinación de las Naciones Unidas, intenta culminar un proceso de más de dos años de complicadas negociaciones que empezaron con enorme optimismo y con muchas promesas de parte de las grandes potencias (EE.UU., China, Japón, entre otras) pero que no logran concretarse.

Según los promotores del encuentro, la idea es acordar un mecanismo para recaudar fondos privados y públicos que se canalicen hacia los países pobres, pero eso, aunque se lo consiga, no será suficiente, pues la mayor responsabilidad está en las naciones de mayor capacidad industrial, algunas de las cuales, como EE.UU. y Japón, ni siquiera han suscrito los protocolos básicos.

Ecuador también está presente en la cumbre con sus propuestas, pero, más allá de eso, en la vida cotidiana local es importante que todos tomemos conciencia de nuestra responsabilidad.  Con planes educativos y con medidas gubernamentales eficaces es posible evitar la voraz deforestación, las malas prácticas en la explotación petrolera, las invasiones a las laderas de las grandes ciudades, el exceso en el uso de energía eléctrica, el alto nivel de consumo de gasolina y otros temas que componen el preocupante panorama ambiental del país.

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